Miren Bengoa: «Nos ha tocado empezar casi de cero»

Miren Bengoa (Otxandio, 1996), es la capitana del equipo Gaztedi Neskak. Al margen de su pasión por el rugby, tiene el grado superior en Delineación y Administración y Finanzas. Solo tiene 23 años y representa el relevo generacional que está experimentando el rugby femenino en Álava. Nuestra provincia ha dado jugadoras internacionales a la selección, la última Ane Fernández de Corres. La afición sigue creciendo, pero hace falta consolidar el proyecto. El club vitoriano es consciente.

–¿Qué radiografía hace del Gaztedi Neskak?

–Actualmente somos un grupo en formación. Ha habido muchas jugadoras con experiencia que nos han dejado y nos ha tocado empezar casi de cero, con su legado y experiencia. Somos muy pocas, unas 20 o 25 chicas, pero hay buen nivel y cada vez vamos creciendo. Fíjate que yo con 23 años soy una de las mayores, y la edad media se sitúa entorno a los 16 o 17 años.

–Tienen todo el margen de crecimiento en la Liga Vasca, ¿quizás corta?

–Cada vez somos más en esta Liga. Vuelve a crecer el rugby en Euskadi y ya somos diez equipos. Hace tres o cuatro años estábamos cinco o seis. Está claro que destaca por encima de todos, el club La Única de Navarra, con una cantera muy fuerte y son muy buenas. Para nosotros, son un ejemplo a seguir, lo mismo que el Eibar que está en la máxima categoría y ha llegado con un gran trabajo de cantera.

–¿Qué legado les han dejado las jugadoras veteranas que han decidido retirarse?

–Hemos aprendido todo lo que sabemos. Desde la base, que son los valores de rugby, hasta el método de juego que tiene el Gaztedi. Pero destacaría otro aspecto muy importante y es cómo hacer grupo, comunicarnos con pocas palabras, sentir esa unión como colectivo y hacer que una mirada valga más que mil palabras. Tuvimos la suerte de tener a Aitziber Ibáñez de Gauna como entrenadora. Además de jugadora, fue presidenta y con ella hemos aprendido muchísimo, sobre todo, esas competencias transversales que puede tener este deporte. Con ella nos dimos cuenta de lo mucho que cuesta avanzar un metro y lo poco que cuesta perder 20.

–Trabaja, juega al rugby y se desplaza todos los días desde Otxandio a Vitoria, ¿merece la pena el esfuerzo?

–Cuando algo te gusta no supone ningún esfuerzo. A mí me encanta. Hay días que me levanto a las seis de la mañana y no llego a casa hasta las once de la noche. Mi primer pensamiento es que tengo entrenamiento, que estaré con mis amigas que tienen el mismo objetivo que yo y que lo vamos a dar todo. Es por eso, que no es un sacrificio.

–¿Le atrae más el rugby seven o el tradicional?

–A mí me gusta más el rugby que todos conocemos porque trabajamos muchos más las delanteras. El seven es más atractivo porque no hay tanto contacto, hay más evasión, hay menos jugadoras y se entiendo mejor el juego. Nosotras, cuando termina la liga de rugby 15 siempre jugamos torneos de rugby 7 pero es muy diferente. Se nota que es olímpico porque le ha dado un empujón para promocionar este deporte. Eso suma porque se visualiza más y se ha hecho más popular.

–¿Hasta cuándo debemos recordar que el rugby no es un deporte violento?

–(Risas). Supongo que hasta que la gente lo interiorice de una vez. Un deporte de contacto no es un deporte violento ni agresivo. Va a costar quitar ese estigma, pero hasta que no se vive desde dentro no se es consciente. La realidad dentro del campo es que no nos hacemos daño y que el índice de lesiones es pequeño comparado con otros deportes.

–Pero sí es un deporte inclusivo como lo demuestra la presencia de una jugadora con Síndrome de Down en el equipo

–Es June y hace unas semanas recibió ya la licencia federativa para disputar los partidos en Liga Vasca. Es la alegría del equipo, el primer año con la que compartimos entrenamientos y partidos. Antes estuvo en sub'14 y en categorías inferiores. Es un ejemplo de disciplina y constancia porque viene siempre a entrenar y ese esfuerza. Nos aporta mucho y es una más. Era una lucha de hace tiempo, y por fin lo hemos conseguido.