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Vanesa Almeida, sonriente, tras coronar una cima. E. C.

La alpinista vitoriana que escala muros y derriba barreras

Vanesa Almeida busca convertirse en la primera mujer con espectro autista en coronar un ochomil

Pablo Sanz

Domingo, 3 de agosto 2025, 00:15

La superación personal es el mayor impulso para superar límites. Surge cuando parece que ya has dado el máximo o se está a punto de ... tirar la toalla. Se empeña en demostrar que siempre hay una posibilidad de lograr algo más y convertirse en un ejemplo a nivel nacional. La vitoriana Vanesa Almeida, de 46 años, quiere hacer historia. Busca convertirse en la primera mujer con espectro autista en escalar un ochomil. Un reto para el que llega más que preparada tras coronar en 2024 el Toubkal y el Elbrus, así como el volcán Ojos del Salado de Chile a comienzos de este año. «Me podría haber ido al Aconcagua, pero elegí el Ojos del Salado porque no tiene estructura e iba a aprender mucho más de montaña», afirma. El Manaslu, octava cima más alta del mundo, será su próximo destino. «Creo que voy a llegar en muy buenas condiciones y lo voy a hacer bien», indica ilusionada.

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Con este viaje Almeida tiene como objetivo visibilizar y denunciar la tardía detección de su autismo. Para ello está dispuesta a llegar hasta el final. El pasado 10 de julio ya acudió a Madrid junto a dos médicos especializados para reunirse con el secretario de estado de Infancia y Juventud, Rubén Pérez Correa, y lograr que su situación no la vuelva a vivir nadie más. «Es bastante grave y si me callo, voy a condenar a otra persona. Han pasado más de 40 años hasta que me han identificado el autismo y no voy a parar hasta llegar al Ministerio de Sanidad. No sé cómo lo voy a hacer, pero cuando vuelva trabajaré en ello», reseña.

«Animo a todos a que busquen algo que les guste. A mí me llevó 20 años encontrar la montaña, mientras que la vela me apareció con 8 o 9»

Vanesa Almeida

Alpinista vitoriana

Por este motivo, la vitoriana envía un mensaje alto y claro a aquellas personas que acaban de ser diagnosticadas y tienen miedo a no encajar. «Que se cuiden mucho. Al final cualquier persona tiene que tener unos hábitos saludables de alimentación, sueño, y relaciones. También animo a todos a que busquen algo que les guste. A mí me llevó 20 años encontrar la montaña, mientras que la vela me apareció con 8 o 9. Hay que moverse porque si te quedas en casa no te va a llegar la pasión», asegura.

Tomó la decisión de escalar el Manaslu hace unos meses, tras una charla junto a Juanjo San Sebastián, alpinista del programa de televisión 'Al filo de lo Imposible' y uno de los ochomilistas españoles más importantes de la década de los 80 y los 90. «Tenía que elegir algo sencillo y estaba entre el Choju, que se ubica en Pakistán, y esta montaña situada en la zona centro-occidental de Nepal. Al final me decanté por este último porque es un país más amable con la mujer y las fechas en las que voy a realizar la expedición son idóneas. Era la mejor opción», comenta Almeida, en referencia al periodo previo a la temporada de lluvias monzónicas.

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Comienza el 5 de septiembre

Su aventura comenzará el 5 de septiembre, cuando junto a Juan Vallejo, compañero de cordada habitual de Juanito Oiarzabal, vuelen hasta el Himalaya con el objetivo de llegar a la cumbre el 15 de octubre. Más de un mes para conseguirlo, y el mayor desafío, según la alavesa, será «mantener la motivación». «La alegría es lo que te hace todos los días no tener que tirar de disciplina. Para mí es muy importante porque en anteriores proyectos, como cuando fui regatista o entrenadora de vela, no disfruté del viaje. Eso es fundamental», relata en alusión al campeonato del mundo y los tres títulos nacionales obtenidos en esta modalidad deportiva durante su juventud.

Para este viaje llevará numerosos enseres en su mochila. Saco de dormir, botiquín, cuerda, termo y material de seguridad y escalada serán algunos de ellos. Aunque el más llamativo será un dron, con el que espera poder tomar algunos planos aéreos. «Lo intentaré, y dependiendo de las posibilidades que surjan al volver, sacaré un documental o algún proyecto audiovisual. Puede estar muy chulo». Además, portará un banderín, cuyo mensaje aún no tiene definido. «En las expediciones anteriores lo he cocinado allí porque tengo que sentirlo. Cuando sales de tu zona de confort durante varios meses vuelves con muchos aprendizajes y voy a tener mucho tiempo para pensar, ordenar, sufrir… Sé a lo que voy en un 8.000, va a haber una parte muy dura y eso deja huella», manifiesta.

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Sobre la comida liofilizada

«No me gusta nada. Me he comprado una serie de marcas y estoy probándolas en casa, luego en cordilleras como Picos de Europa o Pirineos y posteriormente en cotas de mayor altura»

Vanesa Almeida

Alpinista vitoriana

Una de las mayores complicaciones de Almeida acerca de sus pertenencias será la comida liofilizada a la que ha intentado acostumbrarse en varias ocasiones sin éxito. «No me gusta nada. Me he comprado una serie de marcas y estoy probándolas en casa, luego en cordilleras como Picos de Europa o Pirineos y posteriormente en cotas de mayor altura. Si algo sé es que como no te guste, ahí arriba con el estómago cerrado no la comes. Por eso entreno todo eso previamente», explica Almeida.

Las barritas y los geles, muy populares entre los deportistas de élite, tampoco son su gran pasión. «Para algunos sabores hay que entrenar un poco el gusto. Siempre que voy a la montaña me tomo dos porque tengo que hacerlo y punto. Forma parte de mi entrenamiento funcional y es algo que sí o sí tengo que hacer», concluye.

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