Eztizen Etxebarria: «Sufrí acoso escolar y el atletismo fue mi válvula de escape»

Eztizen Etxebarria (Amurrio, 1989) empezó con ocho años en el mundo del atletismo. Laudio, La Blanca y ahora Alimco Running Fiz han sido sus clubes. Asesorada y entrenada por Martín Fiz, superó una lesión que le mantuvo cinco años fuera de la competición para proclamarse el pasado domingo nueva campeona de Álava de cross. A punto de cumplir 30 años, sigue afrontando el atletismo como «una pasión» y una escapatoria que le sirvió de joven para superar el bullying al que era sometida por sus compañeros en clase. «Todo enseña y te hace más fuerte», remarca.

-Hace cinco años en Sodupe se tuvo que retirar llorando con dolores y este domingo se proclamó campeona de Álava de cross, ¿se lo esperaba?

-Para nada. Además, venía de una semana con problemillas de salud y no sabía cómo iba a rendir. Era mi segundo cross de la temporada. Y es verdad, he estado cinco años prácticamente en blanco, sin apenas competir por una lesión que me generaba muchos dolores: una especie de ciática sin diagnosticar. Esta temporada fiché por Alimco Running Fiz porque las sensaciones corriendo volvían a ser buenas. Me siento muy feliz y más porque pude compartir el podio por equipos con mis compañeras Pilar Morán Y Maialen Loyo. Desde que tuve esa lesión había corrido solo ocho carreras.

-Su padre Txebi Etxebarria fue futbolista del Amurrio y también atleta. ¿La afición por el atletismo se la trasladó él?

-Se puede decir que ha sido uno de los culpables. Empezamos a correr mi hermana y yo con él. Desde chiquitina entrenaba y el año pasado corrimos juntos para ayudar a una ONG. Por cada kilómetro que corríamos daban una parte en dinero para ayudar a niños con esclerosis múltiple. Fue muy bonito correr con él. Sí, mi padre jugó en el Amurrio y también entrenó y corrió en el Aurrera en la época de Martín Fiz. Como futbolista, no es por fardar, pero era bastante buenillo. La verdad es que mi entorno siempre ha sido muy deportivo.

-Tras el título provincial, ¿se plantea objetivos ambiciosos?

-Lo primero es disfrutar y ser una más del equipo Alimco Running Fiz. Lo fundamental es estar a gusto conmigo misma. Es cierto que entreno mucho, seis días a la semana, porque es la única manera de tener un rendimiento bueno en carrera. Pero no me planteo nada concreto. Me encanta correr: disfruto entrenando y compitiendo. También he empezado a entrenar a dos niños, de 9 y 12 años, y les traslado lo que yo sé y mi pasión por este deporte. Tengo vocación de entrenadora. No tengo título, pero todo se andará. Intento que ellos estén con ganas y cuando llegue el momento, que se metan en un club si quieren.

-El atletismo es su pasión y un refugio, porque usted sufrió acoso escolar entre los 12 y 15 años

-Sí. Es un tema del que no hablo mucho. Pero es verdad. Sufrí lo que hoy se llama bullying. El atletismo fue una escapatoria, una válvula de escape para salir del entorno que tenía en clase. Fueron años difíciles. Es lo que me ha salvado para poder tener una vida equilibrada. En mi familia ya lo sabían.

-¿Por qué a usted?, ¿Ocurrió algo para ese acoso?

-Nada especial. Era la misma clase desde los 3 años. A veces pienso que eran envidias o que no podían entender que tuviera una excelente relación con mi familia, que viviera en un caserío. No lo sé, la verdad. Pero en los patios me lo hacían pasar mal, me insultaban, me iba al baño sola a llorar. Fueron malos tiempos, pero está superado. Y todo enseña y te hace más fuerte. De eso he salido más madura, más empática con los problemas de mi alrededor.

-Su mentor es Martín Fiz, como lo es de Elena Loyo ¿se plantea llegar tan lejos como ella?

-Es un lujo tener a Elena Loyo, una grandísima atleta. Sigo los consejos de Martín, entreno duro y voy poco a poco. Soy más de cross y de distancia larga. Después del campo a través, seguiré con carreras populares y prepararé la media de mayo. Si el equipo me necesita para la pista, intentaré ayudar, aunque es dura y no se me da muy bien.