Victoria Kent y Clara Campoamor, cara a cara por el voto femenino 90 años después

«Victoria tenía cierto resquemor porque la joven democracia no la invitó nunca a asistir a lo que ocurría», recuerda Lor. Las dos creyeron que habían sido hundidas, que no habían logrado lo que se propusieron. Documentarse para llevar a escena el texto 'Las raíces cortadas. Victoria Kent y Clara Campoamor: cinco encuentros apócrifos', escrito por Jerónimo López Mozo y convertido en montaje teatral bajo la dirección de Ramón Barea en Pabellón 6, les ha ayudado a entender a estas dos figuras y también a poder exclamar convencidas, como hacen al final de la obra, que «en la vida una llega hasta donde llega y que alguien concluye la tarea, que es un trabajo de todos».

La frase hace referencia a que, aunque ni Campoamor ni Kent pudieron ver realizados sus objetivos cuando lucharon activamente por ellos, contribuyeron a que se concretaran más adelante. La dictadura fue «ese corte de raíces» del título entre su época y la época de derechos que vendría tantos años después, pero al final muchas de sus propuestas se hicieron realidad. En escena, sus trayectorias vitales y políticas se van contando con una mezcla de espacios y tiempos, de realismo y farsa, de diferentes edades de cada personaje, de hechos, recuerdos y sueños. Y vienen envueltas en el color morado, en todas las tonalidades, «con dos objetos poéticos que van adoptando significados y una ambientación sonora para la que Itziar Madariaga ha creado incluso un tema maravilloso», explican.

El texto es «muy equilibrado, no hay una que tenga razón y otra que no. Lo que se muestra es que es muy bonito poder tener encontronazos dialécticos, siempre que se respete al otro y no se alimente la crispación», dice Lor. Ella es Victoria Kent, «que está a favor del voto pero que en ese momento decide que la protección de la República está por encima». Dárselo a la mujer significaba, para ella, dárselo a los conservadores debido a la carencia de educación de las mujeres de entonces; creía que antes de poder votar debían ser educadas en los valores progresistas. Irene Bau es Clara Campoamor, que defendió que las mujeres pudieran votar fuera cual fuera el contexto. Muchos años después escribió un texto titulado 'El voto femenino y yo: mi pecado mortal'. «Aquella lucha fue su hundimiento político, la anuló», explica la actriz.

Defendieron vías y tiempos diferentes para alcanzar ese derecho, pero al final las dos tuvieron que exiliarse. Ambas continuaron defendiendo sus ideales. Campoamor murió en Suiza en 1972, Kent en Nueva York en 1987. «Allí editaba la revista 'Ibérica' y vivió una relación con una mujer. Nunca se escondió y eso es importante reivindicarlo también», señala Juana Lor. Para conocerlas mejor, 'Las raíces cortadas' está en cartel en Pabellón 6 hasta el 15 de noviembre, de jueves a domingo.