'Salvator Mundi', de Leonardo da Vinci, encabeza la lista de obras más caras (más de 400 millones de euros), según la web Artprice. El lienzo titulado 'Meules', de Claude Monet, ronda los 100 millones y los paisajes de Qi Baishi superan los 120. E.C.

El 'valor refugio' del arte más seguro

En tiempos de zozobra, el 'top ten' de las obras más caras demuestra que los inversores son muy conservadores: Leonardo, Modigliani, Picasso... no pierden rentabilidad

GERARDO ELORRIAGA

Sábado, 28 de diciembre 2019, 00:12

Tal vez fue la leve huella del esfumato lo que mantuvo la esperanza del especialista Robert Simon de haberse topado con un tesoro excepcional. ... Hace catorce años, en aquella modesta subasta celebrada en Nueva Orleans, se ventilaba el futuro de una creación que él atribuía al genio de Leonardo da Vinci. Para los demás, tan sólo parecía una copia mal conservada de 'Salvator Mundi', una obra perdida del portento del Renacimiento y la venta apenas alcanzó los 8.000 euros. La posterior restauración y exhibición en la National Gallery de Londres avalaron su autenticidad y su precio se fue disparando en sucesivas subastas. En 2013, el magnate ruso Dmitry Ribolovlev lo adquirió por 114 millones de euros y en 2017, superó los 400 millones de euros y marcó un récord. Hoy, más de dos años después, lo que parecía un trabajo menor y de autoría aún cuestionada, sigue encabezando la relación de obras de arte más caras del mundo, según la web Artprice.

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El autor chino Qi Baishi aseguraba que para reconocer la calidad pictórica debíamos percibir el parecido y la falta de parecido entre la obra de arte y la realidad. «La exactitud es objeto de los gustos comerciales mundanos, pero su falta es un engaño a los sentidos», explicaba. Este pintor excepcional vivió en los tiempos del comunismo, estéticamente tan fieles al realismo más pedestre, los rostros felices y la profusión de estrellas rojas. Su gusto por la pincelada rápida y la exquisitez de sus retratos de la naturaleza no casaban en este ambiente tan poco excitante, pero el que fuera conocido como el 'artista del pueblo' no podía imaginarse que el mercado es capaz de fagocitarlo todo, desde lo más convencional a la mayor osadía, incluso a sus delicados dibujos de insectos y plantas, y auparlo a la relación de los más cotizados. La razón es patriótica. Los más de cien millonarios que viven en la segunda potencia mundial demandan, sobre todo, arte nacional y han disparado las cotizaciones tanto de su legado clásico como contemporáneo.

El arte chino es una excepción en una relación controlada por autores adscritos a las vanguardias históricas. Destaca la doble representación de Amadeo Modigliani y Pablo Picasso, el más solicitado durante los últimos años, la aparición de Giacometti como el escultor mejor cotizado de la historia y la de Francis Bacon, convertido en rara excepción cronológica. La única incorporación de este año es un lienzo de Claude Monet, el más caro de los impresionistas, otra corriente muy apreciada por los grandes compradores del siglo XXI. 'Meules', vendida en cerca de 100 millones de euros, constituye una referencia fundamental dentro de este movimiento.

Dividendos suculentos

El conservadurismo del 'top ten' del arte revela, fundamentalmente, que las grandes firmas constituyen lo que se denomina un 'valor refugio' en tiempos de zozobra económica, es decir, inversiones que no pierden rentabilidad y proporcionan suculentos dividendos. Las casas Sotheby's y Christie's, las más grandes del planeta, siguen proporcionando piezas atractivas todos los años, pero se aprecia que los mayores remates corresponden a obras excepcionales que llegan con cuentagotas a las subastas o a ferias tan exclusivas como Tefaf. La escasa renovación de los últimos años demuestra la prudencia de una clientela que reclama suma calidad. Además de las instituciones privadas, los coleccionistas aspiran a conseguir piezas exquisitas para su goce o acreditar el relieve de sus museos, otro fenómeno en auge a lo largo de la última década.

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La lista más exclusiva también refleja ambiciones geopolíticas. La versión O de 'Les femmes d'Alger' de Picasso, la segunda obra del ranking, fue comprada por un exprimer ministro qatarí y, hasta hace poco, el Louvre de Abu Dhabi aspiraba a mostrar el 'Salvator Mundi'. Junto a los potentados orientales, las familias reales del golfo Pérsico se han mostrado generosas con sus pujas en un intento de despuntar en el mundo del arte, a pesar de la corriente islamista tan rigurosa que impregna la región y que repudia la cultura occidental. Da la impresión de que el reclamo de la sofisticación suma otra característica que el oro, la deuda alemana o los fondos cotizados de baja volatilidad, otros valores refugio, no pueden proporcionar.

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