La experiencia «sobrenatural» de Camilo en 'El Hormiguero'
El cantante acudió al programa de Pablo Motos y contó la emotiva historia de un fan suyo con sordera profunda: «Es una de las experiencias más lindas de mi vida»
Tiene 16 nominaciones a los Grammy Latinos y lo lleva con naturalidad. «Voy nervioso porque me gusta decir que no me importan los premios, pero luego cuando anuncian tu categoría te pones tenso. A mí me gusta celebrar una vaina así. Es muy personal», desvelaba Camilo en 'El Hormiguero'. El músico siente un aprecio especial por el programa, ya que gracias a él conoció a Alejandro Sanz. «Me llamó después de tocar la guitarra aquí. Me mandó una de las suyas. Y ahí empezó el vínculo y la idea de hacer una canción juntos», rememoraba.
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Sin parar de crear, Camilo presentaba su último tema, 'Salitre', que comparte con Manuel Carrasco. «Puede parecer una tontería, pero recibí mi primer 'olé' de un artista andaluz», explicaba emocionado al recordar el piropo de Carrasco al escucharle. El artista colombiano goza de un éxito mundial y en verano actuó en Japón. «Creía que al concierto no iba a ir nadie. Y faltando un minuto, me asomo por un lateral y había como quince personas en un lugar para cuatro mil. No sabía lo que hacer. Y resulta que allí era tan organizado todo, que cuando salí al escenario se abrieron cuatro puertas y se llenó», evocaba. Era un espacio extraño y alucinó con la reacción del público. «La mayoría de la gente que había no sabía quién era yo, creía que no nos iban a hacer caso. Y los japoneses estaban con un espíritu de respeto y reverencia… Entre canción y canción no se hablaba, me dejaron loco», explicaba. Hasta su madre disfrutó del espectáculo. «Mi mamá tiene un vicio precioso que es robarme el show al que va. Se encarga de hacerle saber a todo el mundo que yo soy su hijo y de bailar. En Japón parecía algo casi circense», afirmaba.
Los periplos del cantante son tantos que ha vivido anécdotas curiosas en los aeropuertos. Uno le sucedió con un policía de emigración. «¡Que vaina tan buena! Cuando uno llega de un vuelo de Latinoamérica que ha durado nueve horas, no está en su mejor momento. Llegué y el oficial me mira y me dice que me parezco a un artista que canta. Me decía: Es más, creo que el tío tiene hasta bigote. Y mira el pasaporte y ve que soy colombiano. 'No puede ser la casualidad', comentaba. Y mira el nombre y dice: ¡Y encima te llamas Camilo! Luego se acercó un chaval y me pidió una foto, y el policía se quedó blanco», apuntaba entre risas.
En Estados Unidos, a Camilo casi le echan de su propio concierto. «No me suelo poner la pulsera de acreditación para no salir a escena con ella. Fui al baño y, al volver, el tipo de seguridad me ve pasar sin la pulsera y me dice en inglés que no puedo pasar. Y yo, que soy medio tartamudo y en inglés, el doble, no sabía explicarme. No me salía y él ya me iba agarrando para echarme. Yo ya me veía fuera. Me vio alguien de producción y me rescató», aseguraba. Aunque el suceso más extraordinario le sucedió en Uruguay. «Esa historia es muy particular. Estaba en un concierto y había un muchacho que no me miraba nunca. Había una chica a su lado que me daba la espalda. Parecía que estaban discutiendo. Al final, mi cámara me enseñó un vídeo en el que la chica le estaba como haciéndole subtítulos en lenguaje de señas. Y él vivía así el concierto. Conseguimos el teléfono y le invitamos al día siguiente porque quería saber lo que estaba sintiendo. El tipo, que se llama Nacho y es sordo profundo, me dijo que me quería tocar el cuello para sentir las vibraciones cuando yo canto. Es una de las experiencias más lindas de mi vida. Y le canté 'Millones' porque me surgió. El chaval se emocionó y me preguntaba a ver si había leído una carta que me había mandado. Yo no la había leído. Luego la leí y ponía que 'Millones' era el tema con el que se sentía más identificado. Yo no lo sabía cuando se la canté. Fue algo espiritual, sobrenatural», descubría.
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