Fracaso de los rojos en el muro infernal de 'El conquistador del Caribe'
Ningún equipo logró superar el complejo juego de inmunidad
El equipo amarillo de 'El Conquis' estaba tocado y necesitaban un impulso que les ayudase a afrontar la aventura con ánimo. Y llegó, aunque se hizo esperar. Un correo anunciaba que había que escoger al mejor escalador de cada grupo para superar el juego de inmunidad. Y era un reto de altura. El muro infernal aguardaba a los concursantes que, en principio, no se amilanaron ante la colosal pared de madera. Los participantes debían nadar hasta llegar a un manglar que tenían que cruzar con cuidado hasta llegar al muro que debían superar todos los miembros del equipo. Tras la pared, el desafío continuaba porque los elegidos debían escalar un acantilado, pero esa parte nunca llegó.
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Ninguno de los equipos consiguió acabar el juego. Los amarillos lograron cruzar a más integrantes del grupo, mientras rojos y azules se quedaban atrás. Lo curioso es que ni Izeta ni Seleta, capitanes de los Guabán y los Yocahu respectivamente, subieron la tapia. «¡Vaya ridículo!», se lamentaba Izeta. Su homólogo rojo tampoco se quedaba atrás. «No merezco nada», comentaba Seleta negando con la cabeza. Y el líder Yocahu iba más allá: «Ya no puedo criticar a nadie. Si yo no he podido esto, ya no puedo decir nada en las siguientes pruebas».
«Este juego no lo ha ganado nadie», proclamaba Julian Iantzi que informaba a los grupos de que les esperaba un duelo diferente. Al no haber vencedor, los tres conjuntos se jugarían el todo por el todo. Los dos capitanes y la líder azul, que fue la única que subió la pared, se enfrentarían entre sí acompañados de uno de sus pupilos. El ganador, lograba la victoria para su equipo y lo conducía al campamento rico. Lo malo era que el perdedor, además de condenar a los suyos al refugio muy pobre, se iba a casa. Aini decidió competir junto a Marta, mientras Seleta optaba por arropar a Irusta. Izeta estuvo a punto de no poder competir porque sufrió una dolorosa infección de oído que machacó al sidrero de Algorta. Llorando de dolor, perdía los nervios. «Me la suda el programa y todo, solo me importa mi puta salud», bramaba entre lágrimas. El equipo médico entró en escena. «No he tenido en la vida tanto dolor, me han sacado mucha mierda de la oreja y me han pinchado. Ahora estoy bien», declaraba Izeta ya recuperado. Así, el amarillo afrontó la prueba junto a Zuru.
Y otra vez el muro infernal. Iantzi informó a las parejas que el duelo era exactamente el mismo que les había frenado un día antes. Esta vez, y pese a su dolencia, Izeta sacó su garra y superó la pared de una tacada. Zuru tampoco falló y ambos ganaron el desafío con solvencia. Marta era incapaz de subir la cuerda y fue Aini quien salvó a la bilbaína porque decidió tirar para arriba y llegó hasta la cima de la montaña. Seleta, sin embargo, no consiguió superar el muro. Y su discípulo Irusta, tampoco. Aquello hizo que el colorado fuera expulsado. Seleta se sentía culpable por lo ocurrido y no se explicaba cómo había pasado. Iru, llorando, se despedía de su capitán que regresaba ante los Yocahu para explicarles lo acontecido y conducirles al campamento muy pobre.
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