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Sin rodeos

Para tirar cohetes

Política cultural ·

El ministerio está satisfecho con el bono juvenil, aunque el 43% de los usuarios potenciales pasan de él y encima se revende en Wallapop

Domingo, 13 de noviembre 2022, 00:04

Estaba escrita la autosatisfacción del Ministerio de Cultura por los resultados del bono cultural, aunque el 43% de sus potenciales beneficiarios hayan pasado de él. ... La triunfal nota de prensa del ministro rezaba que el resultado mostraba «el interés de un amplio espectro de la población joven española por la cultura». Pues quizás. Pero, ¿y el resto? ¿Es que el 43% de los jóvenes de 18 años son zopencos e insensibles a la cultura?

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Más lejos fue el Delegado del Gobierno en Euskadi -donde el 65,19% de los jóvenes solicitó el bono- al decir que con ello se consigue «un nivel de adhesión mayor del que ya tienen los jóvenes con las artes y la cultura». Curiosa conclusión, porque el aserto no tiene en la comparación ninguna base estadística y encima presupone la existencia de más de un tercio de desafectos culturales. Verdaderamente, si de lo que se trataba era de generar hábitos de consumo cultural, además de dinamizar nuestro sector, la iniciativa tenía que haber tenido no solo una tecnología de oferta más eficiente, sino también una doble vertiente educativa y de consumo. En esto último solo hay que echar un vistazo a la experiencia de Francia, inventora de la moderna política cultural desde los tiempos de André Malraux. Véase que allí el llamado 'Pase cultural' se ofrece a una población más amplia, de 15 a 18 años, y encima tiene dos vertientes: una individual, similar al bono cultural español, y otra colectiva, que va destinada a los colegios -entre 20 y 30 euros por alumno- para que los profesores lleven a los jóvenes a museos y espectáculos o a talleres creativos, todo lo cual convierte al pase en instrumento fundamental de la educación artística y cultural. En España el bono se anunció políticamente un año antes de su lanzamiento, se tuvo que prorrogar porque los procesos de solicitud fueron un fiasco, solo lo ha obtenido finalmente algo más de la mitad de sus beneficiarios y encima se revende con fortuna en Wallapop. Pues eso, un éxito como para tirar cohetes u oficiar sacrificios en la colina Capitolina.

Diseño

Gehry y el perfume

El frasco es el reclamo y la puerta de entrada al mundo interior, olfativo, mágico y sensual, de los perfumes. Relato olfativo de la propia identidad que se adorna con el arte decorativo de su frasco. Continente y contenido como mensaje unívoco, abstracto o figurativo, que permanece en la memoria y en el olfato. Quedan los olores, su recuerdo, pero también la memoria de las formas, los cristales de Lalique, el suprematismo de Malevich en el frasco de Severny, los dorados ampulosos de Dalí para 'El Rey Sol' de Schiaparelli o las sublimes vanguardias contemporáneas de Dinand, Baschmakoff, Ora Ito, Philippe Starck y ahora Frank Gehry, que se suma a esta lista con el diseño de un tapón de vidrio, reflejo notable de sus formas orgánicas y libres, para los frascos de la nueva colección de perfumes de Louis Vuitton, complemento e inspiración de su arquitectura para la fundación de la maison francesa en París. Pues eso, contenido olfativo que personaliza y continente artístico que lo proclama.

Plataformas

El negocio sigue

La competencia entre las plataformas de streaming genera efectos muy positivos para la industria del cine. Véase que la lucha por la captación de suscriptores discurre en paralelo con el aumento de la inversión en cine. Más producción y más oferta equivalen a un mayor estímulo para captar suscriptores, al margen de los resultados económicos en el corto plazo. Tras la caída de los abonados durante la primera parte del año -que hizo temer un aumento de los precios y un recorte de la inversión en cine- ahora las principales plataformas parecen haber recuperado la senda del crecimiento. Disney+ ha cerrado los últimos cuatro meses con un aumento de 12,1 millones de abonados y ya tiene un total de 164 millones. Netflix también ha superado su crisis previa, llegando a un total de 223,1 millones en todo el mundo. El negocio sigue. La inversión en cine, también.

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