Tirando diagonales

Si hablas de una corriente estética, debes mostrarla. Sobre todo, si esa corriente conserva su fuerza y su capacidad de influencia aunque haya transcurrido un siglo desde su aparición. Es lo que sucede con la Bauhaus, que se puso en pie en 1919 y durante dos décadas logró reunir en torno a lo que en realidad fue un movimiento a los grandes de la vanguardia clásica. Porque si bien Walter Gropius fue el fundador, luego le sucedieron en la dirección Hannes Meyer y Ludwig Mies van der Rohe. Y entre el profesorado figuraron Kandinsky, Klee, Moholy-Nagy, Albers, Reich, Brandt, Stölzi, Beese, Muche y un puñado de nombres relevantes.

Por eso, Territorios llevó a sus páginas los postulados de la estética Bauhaus, redondeando los ángulos de los recuadros, tirando diagonales (incluso algunos títulos iban así colocados), manejando los colores preferidos de la escuela y saturando algunos espacios para aliviar otros. La escuela, su historia y su trascendencia, el peso de la marca en Tel Aviv -la ciudad que más se entregó a la causa Bauhaus-, las dificultades que les pusieron los nazis hasta su cierre, la huella de su estética en España y el País Vasco, objetos de uso cotidiano creados por los integrantes de la corriente, incluso su influencia en el cine de Almodóvar, fueron temas tratados en el especial.