Con Schubert y de Bach a Korngold

Franz Schubert, en torno a quien giraba todo aquello, murió en 1828, a los 31 años y apenas 20 meses después de que él mismo hubiese portado el ataúd de Beethoven en el más multitudinario homenaje póstumo a un compositor que se recuerda hasta llegar al de Leonard Bernstein.

De aquellas 'schubertiadas' queda el espíritu. Y ese se recreará de nuevo en la quinta edición de la Schubertiada de Valdegovía, que tendrá lugar en los primeros cuatro sábados de julio, en esa localidad alavesa. El ciclo contiene conciertos de cámara, dos sesiones con voz y un cierre puramente instrumental que es probablemente lo más atractivo para el público.

El inicio será el sábado 2, a las 20 horas, en la iglesia de Bachicabo. El Cuarteto Hanson, fundado hace ya casi una década, se ha especializado en la música del período Clásico y el comienzo del Romanticismo. Esas serán las obras que aborde, porque el programa anuncia cuartetos de Ludwig van Beethoven y Robert Schumann. La formación ganó en 2020 el Diapason d'Or a la mejor grabación del año.

La mezzosoprano donostiarra Carmen Artaza, que debutó recientemente en la ABAO, en el papel de Suzuki en 'Madame Butterfly', es la gran protagonista del segundo concierto (día, 9, también a las 20 horas, en la iglesia de Tuesta). Junto al pianista Hilko Dumno, con quien ya ha trabajado con anterioridad, interpretará obras de Franz Schubert, Gustav Mahler, Georg Friedrich Haendel y Wolfgang Amadeus Mozart.

Schubert está presente también en el tercero de los programas, que cuenta con la soprano americana Erika Baikoff, que estará acompañada por el pianista estadounidense de origen indio Kunal Lahiry. En los atriles, además de las canciones del autor de la Sinfonía Inacabada, habrá otras de Erich Korngold, Joseph Marx, Piotr I. Chaikovski y Sergei Rachmaninov.

Los hermanos Tomàs, Abel y Arnau -ambos, integrantes del Cuarteto Casals, que este año cumple su 25 aniversario- protagonizarán el último encuentro de esta Schubertiada, con un programa de excepción: una selección de las Suites para violonchelo solo y una de las Sonatas y partitas para violín, todo ello de Johann Sebastian Bach, naturalmente. Música profunda, de gran calidad, que se erige como un monumento en la Historia de esta disciplina. Qué mejor para concluir un ciclo que ya se ha asentado en la localidad alavesa y que llegó aquí con una experiencia de tres décadas en el pueblo gerundense de Vilabertrán. Ahora, el festival tiene también sedes en Barcelona y Cantabria. El espíritu de Schubert lo ilumina todo.