La mirada

Libros y balas

Cuando escribo novela policiaca, a menudo necesito asesoría técnica sobre los procedimientos de una investigación. Hay que andarse con mucho ojo porque los lectores de este tipo de libros suelen ser conocedores del tema. Una regla del género negro dicta que puedes inventar cuanto quieras, pero siempre siendo exacto en todo lo que atañe a los sistemas policiales reales. Libro tras libro, he contado con la ayuda de Margarita, una inspectora que ya ha ascendido a comisaria. Hay detalles que, lógicamente, no pueden ser desvelados, pero en tal caso el escritor suele dar un giro que le evite meterse en problemas de los que desconoce la solución. En cualquier caso, ha sido una colaboración fructífera.

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Durante todo este tiempo he vivido situaciones divertidas: una de mis novelas la presentó el jefe superior de Cataluña en una librería de Barcelona. Comenzó diciendo: «Nunca en la vida hubiera imaginado que me vería en una tesitura semejante. Presentar libros nunca ha sido uno de mis cometidos, así que tengo un poco de miedo». Había bastantes policías entre el público y todos reían. Parece que los libros y la labor de la Policía tengan que ser de algún modo antitéticos. Sin embargo, andan funcionando clubes de lectura dentro de la Policía Nacional y también de los Mossos d'esquadra (desconozco si es igual en otras autonomías).

Hace muy poco la Dirección General de Seguridad me ha distinguido con la cruz al mérito policial por mis novelas protagonizadas por Petra Delicado. Las razones aducidas: «Se muestra la nueva imagen del Cuerpo, con muchas mujeres en puestos de mando. Queda patente la modernización que ha superado estereotipos del pasado». Es la primera condecoración que recibo. Fui a que me la impusieran en un acto solemne. Estaban el ministro Marlaska y toda la cúpula de mandos. A la salida, brindis, copas y comida. Hablo con varios comisarios que me muestran su curiosidad por cómo se escribe una novela negra. Me sorprende que las lean, les pregunto: «¿Pero os las creéis; no pensáis que son una bobada?» Respuesta unánime: «Pues claro que las leemos, con interés e intriga total, como cualquier lector». Eso está bien, pienso, la literatura y sus artificios narrativos superan fronteras. Quizá entre libros y balas no existan las diferencias que los tópicos nos han hecho creer. Las historias de ficción siempre ganan, lo cual me llena de felicidad. La imaginación al poder.

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