Aquí estuvo Anna Karenina
nikoláievski de Moscú ·
La estación, obra del creador del palacio del Kremlin, se inauguró un cuarto de siglo antes del relato de TolstóiDurante muchos años, la estación Nikoláievski de Moscú fue un lugar de encuentro de burgueses y aristócratas. En la segunda mitad del siglo XIX, el ... tren que unía la ciudad con San Petersburgo, la capital del imperio de los zares, solo podía ser utilizado por los ricos, y para poder subir a los coches los viajeros se sometían a un riguroso control policial. Los convoyes estaban dotados de todo el lujo pero el viaje se hacía largo porque los 650 kilómetros -completamente en recta- que separan ambas ciudades requerían de casi 22 horas de camino. Al descender al andén, ya en Moscú, los viajeros contemplaban una impresionante estación inaugurada en 1851 y diseñada por Konstantín Thon, el arquitecto que creó el gran palacio del Kremlin y la catedral de Cristo Salvador. En realidad, los ocupantes del tren estaban todo el tiempo bajo el influjo estético de Thon, porque él también había diseñado la terminal de San Petersburgo, la primera que se levantó en Rusia.
Publicidad
La de Moscú es la misma estación por la que todavía hoy transitan cada día miles de turistas, aunque tras un par de reformas su interior se ha transformado en un espacio anodino. Se halla en la plaza Komsomólskaya. A su derecha se levanta otra enorme estación, la de Yaroslavsky, y enfrente la de Kazansky. A diferencia de estas dos, inspiradas en los estilos arquitectónicos tradicionales del país, aquella tiene un aire italiano que no puede sorprender. Al fin y al cabo, allí se coge el tren para ir a una ciudad, San Petersburgo, que debe su carácter a un arquitecto nacido en Florencia: Rastrelli.
Tolstói inmortalizó la estación de Nikoláievski (durante cinco años se llamó Peterburgski, luego Oktiarbski y ahora Leningradski) en 'Anna Karenina'. Al comienzo de la obra, ambientada hacia 1875, Anna desciende del convoy. Ha hecho el viaje con una vieja dama que es la madre de Vronski, con quien más tarde vivirá una trágica historia de amor. Estando aún en el andén, la joven presencia la caída a la vía de un trabajador, que muere arrollado por el tren. En la recta final de la novela se cierra el ciclo de forma simbólica: la adúltera Anna, expulsada del hogar por su esposo, alejada de su hijo, y herida por lo que piensa que es interés de Vronski por otras mujeres, se arroja al tren en el mismo andén de la estación Nikoláievski. Los lectores de la novela que visitan Moscú aún perciben en la antigua Nikoláievski la sombra de su alma atormentada.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión