El pianista Igor Levit.
El personaje

Agitar las aguas desde el teclado

Igor Levit hace otro ejercicio de heterodoxia con su nuevo disco, que reúne a Shostakovich con Stevenson

Sábado, 18 de septiembre 2021, 00:22

Heterodoxo, polémico y activista. El pianista alemán de origen ruso Igor Levit (Nizhni Nóvgorod, 1987) remueve las aguas no solo de la interpretación sino también las del mundo musical en su conjunto. Porque un pianista que lleva a Beethoven al extremo, lanza soflamas antiTrump en un concierto al día siguiente de su elección para la Casa Blanca, afea al presidente de un 'land' alemán que se apoye para ser elegido en la extrema derecha, acude a campos de refugiados y debates políticos en TV y actúa protegido por la Policía tras haber recibido amenazas de muerte de grupos antisemitas es en el mejor sentido de la palabra un agitador.

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Levit no lo niega. Nacido en el seno de una familia vinculada a la música, recibió las primeras lecciones de piano por parte de su madre. Luego completó su formación tanto general como musical en Alemania, adonde los Levit se trasladaron cuando él tenía ocho años. No fue lo que se dice un buen alumno. En ninguno de los campos.

Muchos genios a lo largo de la Historia no lo fueron. Pero siempre terminan por sacar la cabeza. Levit también lo hizo. Con 25 años grabó su primer disco. Las tres últimas sonatas de Beethoven. A eso se le llama irse directamente a la cima, sin estaciones previas. Ya había ganado algunos premios, pero fue la valentía, la heterodoxia al límite que mostraba en ese disco lo que más llamó la atención. Lo ha explicado a su manera: es en el escenario -y en el estudio de grabación-, ante un teclado, donde se siente realmente libre.

Se refiere a lo musical, porque en lo vital hace ejercicios de libertad a diario y lleva su heterodoxia al límite también ahí. A veces, para disgusto de sus agentes. Como cuando usa la bicicleta para desplazarse por Hannover entre su casa y la Escuela de Música -donde imparte clases de Piano,- con el consiguiente riesgo de una caída en la que podría dañarse las manos. O como cuando acude a tertulias de TV donde se abordan temas políticos y exhibe su apoyo a los Verdes y no se corta a la hora de criticar a la extrema derecha y a quienes se benefician de su apoyo. O de desenmascarar a los grupos antisemitas, siempre una amenaza históricamente latente en ese país.

Durante la pandemia decidió ofrecer un recital cada día en su casa y transmitirlo por internet. Para muchos fue casi como una terapia, un remanso de paz que llegaba al atardecer y serenaba los ánimos tras otra jornada difícil, de miedo y frustraciones. El presidente de Alemania lo invitó entonces a dar una de esas actuaciones desde su residencia oficial, en Berlín. Y más tarde lo distinguió con la Cruz al Mérito por su sentido cívico y solidario.

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Fue uno de los primeros artistas europeos en volver a los conciertos en vivo. Lo hizo con tal intensidad que ha pasado por alto muchos problemas de todo tipo. Incluso algunos que no tienen relación alguna con el coronavirus porque venían de atrás. Por ejemplo, en Madrid, durante una actuación a finales de mayo, hubo de interrumpir una de las sonatas de Beethoven porque a una espectadora le sonó el móvil y no se le ocurrió otra cosa que contestar con el altavoz puesto y en mitad de la sala. Lejos de indignarse dijo que tenía tantas ganas de subir a un escenario que ni algo así le importaba. Y lanzó un beso a la espectadora mientras sonaban unos aplausos atronadores. Tiempo atrás se había atrevido a hacer una performance con música de Bach junto a Marina Abramovic.

Sus discos

Su discografía es también llamativa. Ahí está la grabación de las sonatas completas de Beethoven, que fue uno de los álbumes más relevantes del año 2019. Sus versiones a veces traspasan lo que los críticos más tradicionales entienden como líneas rojas. También está Bach, de nuevo muy singular. Y luego aparecen combinaciones muy llamativas. Lo hizo en un triple álbum que unía las 'Variaciones Goldberg' del genio de Eisenach con las 'Diabelli' de Beethoven y... las variaciones de Rzewski sobre 'El pueblo unido jamás será vencido' de Sergio Ortega. Para algunos fue una herejía, aunque resultaba fácil de eludir. Bastaba con dejar el tercer disco en la caja y no introducirlo en el reproductor.

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Ahora ha dado otra vuelta de tuerca a esas propuestas, con un nuevo álbum ('On DSCH', como los anteriores, en Sony Classical) en el que reúne los 24 Preludios y Fugas de Shostakovich con 'Pasacaglia on DSCH' de Ronald Stevenson. Este compositor británico escribió su obra en homenaje al músico soviético. De ahí la combinación que Levit hace en este triple álbum, otro trabajo de enorme ambición que se plantea también como un reto al aficionado.

¿Es Levit comparable a los grandes nombres de la Historia del Piano? No se sabe. Puede que no. Aunque de momento lo ha revolucionado todo.

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