Dos visitantes a la exposición del Guggenheim (hasta el 8 de octubre) que quieren certificar su presencia en la sala. Luis Ángel Gómez

La reina de Instagram y las visitas a los museos con el móvil en la mano

«Más que para culturizarse, ahora se va a las exposiciones por la experiencia de la visita y para que la gente lo sepa», dice una experta

Domingo, 13 de agosto 2023, 00:16

Primer viernes de agosto, once de la mañana. No es la hora pico en el Guggenheim, pero ya empieza a haber un ajetreo considerable de ... visitantes. La mayoría de ellos con el móvil en la mano, niños, jóvenes, adultos o madres con sus hijos en el portabebés, pegados a sus cuerpos. Algunos pocos escuchan los audios del museo y los demás fotografían el atrio, generalmente hacia arriba, y las piezas de la exposición de Yayoi Kusama, que a sus 94 años se ha convertido en la reina del arte en Instagram aunque ella no tenga cuenta de Instagram.

Publicidad

Como las redes sociales han cambiado tantas cosas, estaba claro que su influencia también llegaría al arte, incluso para una artista que vive por voluntad propia en un psiquiátrico en su país, Japón. De un tiempo a esta parte, se ha convertido en un fenómeno popular. A principios de año, Louis Vuitton sacó una colección de bolsos, ropa, calzado, accesorios, etc., con los 'dots' (topos) característicos de la artista. Fue difícil que no se enterara ella, ya que salió en todos los medios y plataformas. Uno de los posts de la casa de moda en Instagram, sobre su colaboración con Kusama, llegó a tener 436.000 likes. Cifras mayores, como los precios de los productos.

En el Guggenheim, han emitido 14 publicaciones en Instagram relacionadas con la exposición de la japonesa, inaugurada a finales de junio. Las han visualizado 1,1 millones de usurarios y han generado 62.000 interacciones ('likes', comentarios y guardados). También han lanzado 15 'stories', a las que han accedido 70.600 usuarios, que han producido más de 500 interacciones.

En el museo están muy contentos con estas cifras, pero no sorprendidos. En el ránking mundial que anualmente publica 'The Art Newspaper', el Guggenheim figura en el puesto vigésimo en cuanto al número de seguidores en sus redes sociales, con 1,55 millones. Son datos de 2022 publicados este año y suponen un crecimiento de más del 60% respecto a 2021.

Publicidad

Pero esta a base hay que sumar el 'fenómeno Yayoi Kusama' o el 'el fanatismo Kusama' como lo llama su galerista, David Zwirner. El poderoso marchante global coordina un podcast, 'Dialogues', en el que aborda diversos aspectos de la actualidad artística. Para hablar de la artista nipona citó a JiaJia Fey, asesora digital para el Jewish Museum y el Guggenheim de Nueva York, y a Christian Luiten, fundador de la plataforma digital Avant Arte.

Mercado

Los coleccionistas miran los números de la red y se preguntan por qué el artista es tan popular

Gana la presencialidad

¿Por qué la gente va a los museos?, se preguntaba Fay. El visitante que se pone frente a la obra y trata de dialogar con ella y consigo mismo ya no es el más numeroso. «Más que visitas para culturizarse, para ampliar conocimientos o profundizar en ellos, lo que ahora buscan es la experiencia de asistir a este o a otro museo y de que el mundo sepa que han estado en él», aduce.

Publicidad

La forma de conseguir, o de intentar, que 'el mundo lo sepa' está en las redes sociales. Por eso una parte significativa de los visitantes a la exposición de Bilbao fotografían una obra y pasan a la siguiente para captar su imagen o para retratarse con ella. La que mejor haya quedado pasará al mundo de la comunicación virtual, al juicio de los 'likes'.

«Los museos digitales pueden ser útiles como información, pero insatisfactorios en comparación con la presencialidad, que también resulta incompleta si no se comunica», añade. «Instagram no trata de cosas, sino de lo que la gente hace, de lo que está comiendo, de sus ejercicios, de sus visitas a los museos», considera Luiten.

Publicidad

En un mundo tan cuantificado, también las audiencias cualificadas, como los coleccionistas, «miran a los números, sobre todo si son jóvenes. Si un artista es tan grande ahora, quizá debería comprar algo suyo. Así es como razonan», sostiene el experto.

Pero ¿qué tiene de particular Kusama en este contexto? La «súper autenticidad», un valor muy cotizado, responde Zwirner, si bien reconoce que la galería hace su trabajo tratando de que llegue al mayor número de gente. Según Fay, la clave está en que la obra sea accesible para todos, incluidos los que carecen de conocimientos artísticos.

Publicidad

Los museos necesitan este tipo de artistas para que sus grandes exposiciones ('blockbusters') satisfagan las expectativas de números de asistentes. «Ser popular es importante, y donde ahora se consigue la popularidad es 'online'», indica Luiten.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad