Orquestas y teatros luchan por su actividad

La Sinfónica de Bilbao ya se plantea habilitar una cuarta sesión extra para atender a los abonados de la orquesta. Será el viernes y todavía está por decidir si se ofrecerá por la mañana o la noche. Así pues, a partir de la primera semana de noviembre, los músicos afrontarán un par de jornadas muy intensas y seguidas: los jueves, la BOS ya ofrece un concierto matinal (novedad de esta temporada Covid) que se suma al habitual de las 19.30 horas; y ahora se ha decidido que los viernes también se repita el programa vespertino.

Todo sea por satisfacer a los cerca de 1.700 abonados (de un total de 2.460) que están acudiendo a los conciertos. Hay 400 que se han quedado fuera (y no han pagado) por las limitaciones de aforo y unos 300, entre estudiantes de conservatorio y jóvenes, que volverán a tener acceso a la temporada en enero. Eso sí, siempre hay entradas sueltas -disponibles para el gran público- y los abonados que no han tenido cabida pueden comprar billetes con un 20% de descuento.

La redistribución del público en los conciertos de Bilbao y Vitoria no es una operación especialmente complicada. El galimatías para Euskadiko Orkestra se presenta en Pamplona y San Sebastián. En el caso de la capital navarra, no solo se limita el aforo a 100 personas, una restricción vigente en principio hasta el lunes, sino que además se encontrará confinada durante 15 días a partir de este jueves. Todo apunta a que el concierto de Euskadiko Orkestra del 3 de noviembre termine cancelándose.

Por contra, el embrollo en San Sebastián, sede de la agrupación, no supondrá anular compromisos sino todo lo contrario. Deberá tocar más. Con motivo de la primera restricción del aforo a 600 personas, ya tuvo que ampliar las sesiones de dos a cuatro para acoger a los 2.400 abonados donostiarras que acuden al Kursaal. Y ahora, con la nueva limitación sobran 200 personas por concierto, es decir, 800 en total. Necesita ofrecer otras dos funciones para dar cabida a todos. Una opción que Euskadiko Orkestra no desecha. Es un colectivo con más de 5.000 abonados en Euskadi y Navarra.

La Sociedad Filarmónica se ha limitado hasta ahora al 50% del aforo. Una restricción que se traduce en 450 butacas, así que la nueva normativa no supondrá ningún descalabro. «Vamos concierto a concierto. De momento no hay necesidad de organizar una segunda sesión. La cita del jueves se ofrecerá con normalidad», avanza Carmen Iztueta, presidenta de la entidad bilbaína.

El Arriaga le está cogiendo el tranquillo a la mengua y aumento del aforo. Se reabrió en junio con una capacidad de 300 personas, al mes siguiente se le permitió llegar a 360 y empezó a vender entradas para 'Cruz de navajas' con un tope máximo de 700 localidades. «Pero tuvimos que cambiar el paso con la orden del 28 de julio, que restringía el aforo a 600 butacas», apunta Ignacio Malaina, director general del coliseo.

Ahora se rebaja a 400 y, una vez más, les toca pegar tijeretazos «de forma repartida en todas las zonas del teatro». Un reajuste que no implicará devoluciones, ni cancelaciones. El show que más interés ha suscitado es el de Asier Etxeandia ('Mastodonte'), previsto para el 7 y 8 de noviembre, que ha vendido unos 370 tickets. Entre los demás títulos, destaca 'Madre Coraje', en castellano y euskera, que el Arriaga pondrá en escena esta semana y la siguiente. Ha vendido entre 200 y 300 billetes por función. «La ventaja es que la gente organiza su ocio a última hora. Compran muy tarde las entradas y eso da margen para adaptarnos a los cambios de aforo».

El Euskalduna solo podrá sacar provecho al 18,5% del aforo de su auditorio, mientras que en julio, cuando se admitía el 50%, llegó a rozar las 1.000 personas en el concierto de Amaral y acogió 44 espectáculos que atrajeron a más de 4.800 aficionados a las artes escénicas. El festival Aurrera Fest!, impulsado por la Diputación, fue un balón de oxígeno tras los meses de confinamiento. «Este auditorio es un recipiente que por sí mismo no toma decisiones. Su prioridad es sacar adelante los montajes de las promotoras y entidades que lo alquilan y cumplir con las normas de las autoridades», advierten fuentes del Euskalduna. Todavía se desconoce lo que sucederá con el concierto de Gatibu (7 de noviembre) y el de Perales (5 de diciembre), que ya han colgado el cartel de 'no hay billetes' con una capacidad de 600 butacas. «Hay que esperar a que la nueva regulación se publique en el Boletín, Todavía tiene que pasar por la aprobación del Tribunal Superior de Justicia».

El Campos tiene especial interés en leer «la letra pequeña» de la normativa. Solo entonces, explican desde el teatro, se podrá valorar «el impacto en el público y la programación». En la actualidad su capacidad se limita a 483 butacas (de un total de 805) y están agotando las localidades de la mayoría de espectáculos. Rebajar el aforo les abocaría «a una situación aún más difícil, que podría determinar la viabilidad de nuestra actividad».