Los Tutto Verdi conquistan el Arriaga

Todo el mundo conocía el palmarés de los premiados por su aportación al proyecto Tutto Verdi, desarrollado entre 2006 y 2022, pero se palpaba la expectación y curiosidad. ¿Acudirían todos a recoger su galardón? ¿Se animarían a cantar los intérpretes? Vayamos por partes. Solo faltaron el director de orquesta Riccardo Frizza y Pier Luigi Pizzi, por sus compromisos profesionales, y, en cuanto a lo segundo, no fue necesario presionar a los artistas. Su mejor manera de comunicarse con el público es cantando. La mezzosoprano Daniela Barcellona y los barítonos Leo Nucci y Juan Jesús Rodríguez no solo dieron las gracias, sino que dispararon la temperatura emocional.

Daniela Barcellona se arrancó con 'Condotta ell'era in cepi', arropada al teclado por su marido, Alessandro Vitiello. Nota a nota, conjuró el espíritu de Azucena, la gitana de 'Il Trovatore'. La tragedia ante la hoguera tomó cuerpo en menos de tres minutos, con la mirada encendida de la cantante. Entre aplausos y vítores, los aficionados se arrellanaron en la butaca y algunos aprovecharon para aflojarse la corbata. Todo el mundo se sentía en casa, incluidas las autoridades encargadas de entregar los premios.

En primera fila no perdieron detalle, entre otros, Juan Mari Aburto, alcalde de Bilbao, Ana Otadui, presidenta de las Juntas Generales de Bizkaia, y Pedro Azpiazu, consejero de Economía del Gobierno vasco. Tomaron buena nota de las reflexiones del crítico Luis Gago, corresponsable del guion de la gala junto al musicólogo Francesco Izzo, que soltó muchas perlas. Un ejemplo: «Como decía Beethoven, en el arte no hay que quedarse quieto».

Así las cosas, estuvieron pletóricos los barítonos Leo Nucci y Juan Jesús Rodríguez. El primero cumplió el pasado domingo 81 años y el segundo celebraba ayer su 54 aniversario. El más veterano, muy querido en Bilbao, derrochó carisma. Tras estrechar el premio contra el pecho, brindó 'Cortigiani, vil razza dannata', con Francesco Izzo al teclado. Dosificando los acentos y el fiato con virtuosismo, bordó la angustia de Rigoletto, un rol de bufón y padre que fue durante décadas su caballo de batalla. Quien tuvo, retuvo. El teatro se vino abajo.

Juventud y relevo

Arrestos mostró igualmente Juan Jesús Rodríguez con 'Oh de' verd'anni miei'. De voz amplia y rotunda, con requiebros líricos, en su interpretación del emperador Carlos de 'Ernani' se hermanaron la melancolía y el orgullo. Los jóvenes cantantes de China, Italia y España que participaban en la ceremonia estaban entre bastidores y contenían el aliento.

Pasado, presente y futuro se dieron la mano durante toda la gala. Las intervenciones de la soprano china Fan Zhou, la italiana Alessia Panza, el tenor italiano Davide Tuscano y el barítono español Gabriel Alonso dejaron muy buena impresión. Aleccionados por Francesco Izzo, que es 'coach' y experto en ópera y música vocal del siglo XIX, cantaron arias y dúos de 'I Masnadieri', 'I Lombardi', 'Ernani', 'Rigoletto', 'Stiffelio', 'La Traviata', 'I Due Foscari' e 'Il Trovatore'. Rigurosos y ortodoxos estilísticamente, superaron el reto de hacer justicia a Verdi.

El director de escena Massimo Gasparon, que empezó a trabajar a los 20 años con Pier Luigi Pizzi, recogió en lugar de su maestro el premio a la trayectoria. No obstante, Pizzi, de 92 años y actualmente trabajando en Venecia, mandó un vídeo de agradecimiento y prometió volver a Bilbao. La vocación y las ganas pueden con todo cuando se ha nacido para brillar en el mundo del teatro. Que se lo digan a Emilio Sagi, premio al mejor director de escena por 'Rigoletto' en la ABAO, que mañana estrenará en Madrid una zarzuela hilarante, 'Trato de favor', con libreto de Boris Izaguirre.

La Fundación BBVA, patrocinadora principal de las temporadas de la ABAO, también tuvo su momento de gloria bajo los focos, cuando Laura Poderoso, subdirectora de la entidad, recogió el premio a la mejor institución por cerca de 17 años de apoyo. Casi los mismos que lleva el director de orquesta Riccardo Friza como habitual del podio del Euskalduna. En su nombre recogió el premio Enrique Sáez, consejero delegado de Fineco, y tampoco faltó una proyección en diferido de Frizza, «orgulloso y muy honrado».

La ópera es un género con mucho pasado y un futuro abierto. Entusiastas tiene de sobra. Entre sus valedores más desinteresados, despunta el Coro de Ópera de Bilbao, que desde hace 30 años dirige Boris Dujin. Los coralistas hacen gala de una ilusión apabullante. Merecedores de la distinción especial, pusieron el colofón con el Miserere de 'Il Trovatore', junto a Alessia Panza y Davide Tuscano, y dieron como bis el coro de los gitanos de la misma ópera. Se trata del último título de esta temporada, que se pondrá en escena el 20 de mayo. Viva Verdi.