Las malas prácticas proliferan en los festivales de música: prohibir la entrada con alimentos, cambio de recinto sin reembolso…

La «más frecuente» de las «malas prácticas» es prohibir la entrada con alimentos y bebidas para propiciar el consumo en las barras y restaurantes de los recintos. «Al no ser la hostelería la actividad principal, sino una de carácter accesorio, esta forma de ejercer el derecho de admisión resulta contraria a la legislación en materia de espectáculos públicos», indica FACUA, que añade que los afectados pueden reclamar que se les compense el gasto que hayan tenido que hacer al no dejarles entrar con sus productos.

La entidad ha denunciado por esta irregularidad a una veintena de festivales, y el Ayuntamiento de Sevilla ya ha abierto expedientes sancionadores contra los organizadores del Festival Interestelar y del concierto de Red Hot Chili Peppers en la ciudad. A pesar de que es una práctica habitual en los grandes festivales vascos, ninguno figura entre los denunciados este verano, aunque sí lo fueron cuatro en 2019.

Otra irregularidad frecuente es cambiar de recinto sin dar derecho al reembolso de la entrada. La medida suele deberse a que se han vendido más o menos tiques que los esperados o a que no se han conseguido los permisos pertinentes. El cambio de ubicación conlleva el derecho a devolución del dinero, dicen los consumidores. Pasa lo mismo si un artista se cae del cartel, como el grupo Rage Against The Machine en el Mad Cool Sunset de Madrid y el Andalucía Big Festival by Mad Cool de Málaga.

Tanto las cancelaciones por problemas de gestión como los cambios de fechas dan derecho al reintegro de la entrada, reclamación a la que no se puede poner un plazo máximo. Además, la prohibición de pagos en efectivo en beneficio del uso exclusivo de pulseras monedero va contra el artículo 47.1.ñ de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios, indica FACUA. También es ilegal cobrar por reembolsar el dinero de esas pulseras, algo por lo que han sido denunciados el Weekend Beach Festival y el Mad Cool Festival de Madrid.

Otras irregularidades habituales son las largas colas, como en el concierto de Marc Anthony en Madrid, «donde hubo quienes entraron con hasta una hora de retraso pese a haber llegado con una antelación más que suficiente»; la finalización a mitad del evento y el exceso de aforo.

Por otra parte, los fotoperiodistas han denunciado las abusivas condiciones que imponen algunos organizadores de conciertos y artistas. A las limitaciones de tiempo y de ubicación, se suma en algunos casos la obligación de enviar las fotos a los representantes para que den su visto bueno. Una práctica que la Federación de Sindicatos de Periodistas considera «una intolerable censura previa» y ante la que pide que profesionales y medios tomen medidas.