Lavinia, la heroína que da la vuelta a la epopeya

Esta es la novela que han adaptado al teatro Juana Lor y Javier Liñera, que interpreta al propio Virgilio. También Ursula K. Le Guin aparece en escena, en la piel de Karmele Larrinaga. La escritora californiana fue una maestra de la ciencia ficción «pero en los últimos años de su vida viajó al pasado remoto en vez de al futuro». Decidió contar la última parte del viaje de Eneas desde otra perspectiva, cuestionando las certezas del género épico.

Lo novedoso no es tanto darle protagonismo a Lavinia como el tipo de heroína que ella encarna. «Siempre conocemos a los héroes por lo que hacen. Y ella actúa más desde el no hacer», explica Lor, «sin atacar, sin pisar. Eso tiene mucho que ver con la filosofía de la propia Ursula K. Le Guin, que era taoísta. Pensaba que muchas veces es mejor dejar que las cosas fluyan, un mensaje bastante antibelicista, aunque hay momentos en los que no queda otra que hacer la guerra».

Javier Liñera destaca que «no es una heroína pasiva», sino una mujer que elige las causas en las que merece la pena implicarse. «Tiene claro que no quiere la guerra pero no es por cobardía, la suya es una actitud muy estoica». Consigue sus propósitos «sin avasallar». Si habitualmente el autor tiene el poder sobre el personaje, aquí ella se rebela «y es el personaje el que tiene poder sobre el autor». Para el dramaturgo y actor getxotarra es «como un juego» interpretar a Virgilio. «He intentado hacerlo lo más humano posible, hablar de política a través de escenas cotidianas». La joven Amets Ibarra da vida a Lavinia y completan el reparto Yolanda Bustillo, Aitor Guisasola e Iñaki Urrutia.

Este viaje por el reverso del mito incluye un juego metaliterario y metateatral entre autores y personajes. La compañía Kabia explora distintos lenguajes para construir una historia con varias capas. Con una escenografía desnuda y un vestuario «esencial y clásico» de Betitxe Saitua, la música resulta imprescindible para contar una historia antigua que es también nueva. Itziar Madariaga ha creado la atmósfera sonora y Bettina Aragón Hillemann lleva la dirección musical. Ha rescatado melodías polifónicas del Mediterráneo, «seis o siete canciones que cantan en directo y a capela. Los actores no son cantantes profesionales, pero saben trabajar con la voz y ha sido una colaboración muy bonita», concluye Juana Lor.