ignacio pérez

Los Fronteras del Conocimiento premian investigaciones que transforman nuestra vida

Los 35 galardonados aportan claves para afrontar retos sanitarios, tecnológicos y medioambientales

Miércoles, 22 de septiembre 2021, 00:27

La doble edición de los premios Fronteras del Conocimiento que culminó ayer en Bilbao ha desplegado un sólido armazón de ideas para afrontar los retos que nos aguardan más allá de la pandemia. Problemas que ya estaban aquí como el cambio climático, la transformación tecnológica que afecta a todas las esferas de nuestra vida y el riesgo de nuevas crisis económicas, con su cuota de desigualdad. «Vivimos en una era de cambios profundos y para los dos grandes desafíos medioambientales, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, no existe el recurso de una vacuna», afirmó el presidente de la Fundación BBVA, Carlos Torres Vila, que presidió la gala de entrega de los galardones junto al lehendakari, el alcalde y la presidenta del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Publicidad

En la pantalla exterior del Palacio Euskalduna, donde suele anunciar sus espectáculos, se proyectaban imágenes de los 35 intelectuales distinguidos en ocho disciplinas -cada una dotada con 400.000 euros- en las ediciones de 2019 y 2020. Una concentración de talento inédita, ya que el año pasado hubo que suspender la ceremonia debido al coronavirus. Entre ellos solo hay seis mujeres y son mayoría los que proceden de universidades norteamericanas -tres vienen del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT)- y europeas. Pese a las restricciones que aún perduran, 24 se han desplazado a Bilbao, que reafirma así su compromiso como sede permanente de unos premios considerados por su importancia antesala de los Nobel.

Todos han logrado avances significativos en la investigación científica o la creación artística, dos campos que, como recordó el físico e historiador de la ciencia Gerald Holton, están profundamente relacionados. La intervención a través de una pantalla del catedrático de Harvard, que en pocos meses cumplirá cien años, fue de las más aplaudidas. Defendió «las aportaciones culturales de la ciencia como gran fuerza civilizadora al fomentar la racionalidad y la objetividad», algo que se ha hecho especialmente evidente en los últimos meses. Desde distintas disciplinas, los premiados impartieron lecciones de rigor y pensamiento libre, tanto con sus discursos como con sus trayectorias vitales. El libanés Ardem Patapoutian llegó a Estados Unidos como refugiado con 18 años sin imaginar que acabaría dedicándose a la ciencia. «Debido a mi pasado intento no dar nada por supuesto», dijo. Empezó a investigar junto a David Julius «por amor a la ciencia pura» y se convirtieron en 'detectives del dolor' al identificar los sensores que nos hacen percibir estímulos como la temperatura y la presión. Su descubrimiento abre vías para tratar el dolor crónico que sufren millones de personas, y además tiene aplicaciones en áreas como la hipertensión, la arteriosclerosis y la osteoporosis.

La presidenta del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Rosa Menéndez, destacó que los avances que transforman nuestra vida «nacen de la curiosidad, la creatividad y la entrega de personas como los premiados». Un esfuerzo que hoy resulta imprescindible «para abordar retos globales como las pandemias, el cambio climático y la conservación del patrimonio natural».

Energía solar

En el medio ambiente pusieron el foco intervenciones como la de Michael Grätzel, que cree que nuestra calidad de vida «depende en gran medida de la disponibilidad de fuentes de energía limpias. Se calcula que el consumo energético mundial se duplicará en las tres próximas décadas, lo que acelera el cambio climático y amenaza con crear una gigantesca emergencia planetaria», advirtió. Su método para capturar la energía solar, «que sigue siendo un reto enorme», se inspira en el proceso natural de la fotosíntesis. Sandra Lavorel, por su parte, explicó la «aventura colectiva» que ha supuesto crear una base de datos sobre 200.000 especies de plantas -la mitad de las que existen- para anticipar su reacción al calentamiento global.

Publicidad

Kerry Emanuel, pionero en el estudio de los huracanes, destacó que el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU es «el mayor esfuerzo jamás realizado para transmitir los descubrimientos de la ciencia», tan grande como el «grave riesgo para la civilización» que nos acecha. También reivindicó la importancia de la investigación básica, un pilar sin el cual «habríamos tardado una década, en lugar de un año, en desarrollar las vacunas contra el Covid que han salvado a millones de personas». Todo está relacionado y cada discurso apelaba directamente a nuestra vida, en contra de la lejanía que se atribuye al mundo académico. Nuestra manera de trabajar y de comunicarnos, por ejemplo, debe mucho a las investigaciones de John Hennessy y David Patterson.

Estos dos profesores fundaron como nueva área científica la arquitectura de ordenadores, que hasta entonces era un arte más que una ciencia, e impulsaron los microprocesadores que hoy están presentes en la práctica totalidad de nuestros móviles, entre otros muchos dispositivos. Sus aportaciones se plasmaron en un libro de texto que, tres décadas después, ha sido traducido a doce idiomas y se sigue considerando una biblia en universidades de todo el mundo. Hennessy recordó que su trabajo empezó «con ideas muy polémicas» y celebró el galardón como un premio «a la perseverancia, aunque te llamen loco».

Publicidad

Ya no podemos vivir sin tecnología y la inteligencia artificial «puede diagnosticar enfermedades, manipular la información, influir en procesos electorales e incluso contribuir a fabricar armas que toman decisiones de forma autónoma». Lo advirtió Bernard Schölkopf, que dijo algunas frases en castellano y dio las gracias en euskera porque su mujer «nació en el País Vasco». Incidió en que «en Europa debemos estudiar la inteligencia artificial si no queremos convertirnos en meros consumidores de tecnología inventada en otros lugares, sustentada en valores que podemos compartir o no». Y añadió una frase para la reflexión. «Es nuestra capacidad de procesar información, y no nuestra fuerza física, lo que nos hace humanos».

Desde Washington intervino Ben Bernanke, que dirigía la Reserva Federal de Estados Unidos en 2008 y combatió la crisis con un multimillonario programa de estímulos monetarios a través de la compra de bonos. Estudioso de la Gran Depresión, «el santo grial de la macroeconomía», cree que la lección que ha dejado la última crisis es que «la recesión, la deflación y el colapso del crédito están interconectados». Hay mucho que aprender también sobre nuestra visión del mundo para combatir estereotipos como explicó Susan Fiske, una de las más influyentes psicólogas sociales en activo. «El ser humano es complicado y a veces tomamos atajos» que resultan eficaces aunque también son «inexactos e injustos». Un ejemplo: «A los científicos se nos considera competentes, pero no entrañables. Y a las personas mayores, entrañables pero incompetentes». Son pinceladas de los discursos que desde hoy están disponibles en su integridad en la web de la Fundación BBVA.

Publicidad

«La comunidad científica ha estado a la altura del reto en la pandemia»

El presidente de la Fundación BBVA, Carlos Torres Vila, se congratuló por volver «con renovada ilusión» a la «maravillosa ciudad de Bilbao» para entregar los premios Fronteras del Conocimiento, sede permanente de los galardones desde 2019, tras el «parón involuntario de la pandemia». En el origen de estas distinciones, dijo, «está la convicción de que el conocimiento es la mejor herramienta para entender el mundo y a nosotros mismos, y crear oportunidades para todos».

Torres Vila consideró un «honor» que, a pesar de las «circunstancias excepcionales que vivimos», hayan podido viajar a la villa la mayoría de los premiados, que representan «un amplio espectro de contribuciones transformadoras del conocimiento, la música y las humanidades, y fuente de guía e inspiración para todos»,

El también máximo responsable del Grupo BBVA alabó el «papel fundamental» que están jugando la ciencia y el conocimiento para afrontar las consecuencias de la crisis sanitaria. A su juicio, la comunidad científica mundial ha estado «a la altura del reto con una respuesta que ha superado todas las expectativas. «Si algo hemos aprendido estos meses es que cuando nos enfrentamos a desafíos que trascienden las fronteras geográficas, pero también las fronteras de nuestro conocimiento, necesitamos articular una respuesta global y coordinada basada en la investigación, la innovación y la educación».

Tras reseñar los avances y estudios pioneros realizados por los galardonados, Carlos Torres Vila se detuvo en los relativos al cambio climático y la pérdida de biodiversidad. «Somos conscuentes de que debemos cambiar nuestro modelo productivo, nuestra forma de vivir, nuestras sociedades», concluyó.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad