Àlex Cantó y Jesús Muñoz en 'Eclipse total'. Nerea Coll

'Eclipse total' o el ensayo general de nuestra muerte

La compañía Pont Flotant trae a Bilbao una obra que aborda un tabú con humor y emociones. Los actores interpretan a sus propios padres y abuelos

Teresa Abajo

Bilbao

Jueves, 2 de marzo 2023, 18:20

El paso del tiempo siempre ha estado muy presente en las obras de la compañía valenciana Pont Flotant, que tiene más de veinte años de ... trayectoria. En 'Como piedras' abordaban la infancia y en 'Algunas personas buenas', la vejez. Era inevitable que entraran de lleno en un tema «complejo, misterioso y lleno de tabúes»: la muerte. Su 'Eclipse total' llega este sábado a Bilbao (sala BBK, 19.30 horas) tras dejar una estela luminosa en los Premios de las Artes Escénicas Valencianas, donde fue elegido mejor espectáculo teatral. También opta al mismo galardón -y a mejor autoría- en los Max.

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«No podemos escapar de ella de ninguna manera, pero salvo en lo peor de la pandemia, cuando estaba presente todos los días, vivimos de espaldas a la muerte», dice Jesús Muñoz, que junto a Àlex Cantó, Joan Collado y Pau Pons forma la compañía. Sus trabajos son fruto de la autoría colectiva y de largos procesos creativos, en los que ponen en juego muchas referencias. «Para 'Eclipse total' hemos tenido encuentros con una filósofa, un psicólogo especialista en acompañamiento del duelo, un artista conceptual e incluso un físico corpuscular», explica.

Todo ello les ayuda a hablar de la muerte «desde lo más metafísico hasta lo más personal», incidiendo en esto último. Han trabajado con sus vivencias, con su propia familia, y los dos actores -Àlex Cantó y Jesús Muñoz- se desdoblan en sus padres y abuelos, crean hasta 16 personajes. «Son personas muy cercanas y es bonito recordarlas», dice Jesús, que recuerda perfectamente cuando, a los ocho años, «sabía que mi abuelo no estaba bien y se iba a morir de un día para otro». Siempre hay un momento «en el que empiezas a ser consciente de que estamos aquí de paso».

Realidad en la ficción

Meter la realidad dentro de la ficción es una de las señas de identidad de Pont Flotant «por la verdad que desprende», aunque abrir «el pozo de las emociones» tiene consecuencias. «Para nosotros, es una bomba de relojería a nivel emocional. Cuando se va mi abuelo y estoy haciendo de mi abuela, de repente te pega un pellizco». En la obra hay también mucho humor, «que nos ayuda a tomar distancia en un tema con tanta carga emotiva. Una de las cosas que nos dice la gente es: me he reído y he llorado a la vez. Cuando te ríes te relajas y muchas veces la coraza, la autodefensa, desaparece. Entonces te dejas llevar, transitas por lugares con mucha luz y otros un poco más sombríos».

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Abre y cierra la función un eclipse «como metáfora» de nuestra muerte, «el ensayo general de un posible final». El diseño de iluminación de Marc Gonzalo también ha sido premiado en la Comunidad Valenciana. Utilizan proyecciones audiovisuales y una plástica «muy esencial» que remite «a ese momento de los últimos rayos de luz, del final de la fiesta». El hilo conductor es una celebración familiar, una gran mesa rodeada de globos por la que van pasando diferentes generaciones. Utilizan sus propias vivencias «no para exponer la tristeza sino para recordar buenos momentos, conversaciones y anécdotas en las que afortunadamente la gente se reconoce». A los cuatro miembros de la compañía, esta obra les ha «acercado» aún más. Y el público sale, según les cuentan, «con ganas de vivir mejor».

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