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El cuadro recuperado en Exeter que desvela el Bilbao de 1700

El Museo Bellas Artes de Bilbao adquiere una pintura de gran formato que presenta una composición soprendente con dos vistas muy detalladas de la villa en el siglo XVII

Viernes, 26 de septiembre 2025, 12:10

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Como parte de la presentación de su nueva plataforma digital, que sustituye desde ayer a su web, el Museo de Bellas Artes de Bilbao ha dado a conocer este viernes la adquisición de un cuadro sorprendente y de gran relevancia histórica. Se trata de una detalladísima vista de Bilbao de gran formato (206,5 x 270,2 cm) pintada al óleo hacia 1700. La pintura había sido conservada en Exeter (Reino Unido) por los descendientes del que fue su primer propietario y quien encargó su realización, el comerciante inglés afincado en la villa John Seale (1667-1714), Juan Seale en la documentación que de él se conserva en Bizkaia.

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El cuadro, de autoría aún por confirmar, ofrece una panorámica doble de Bilbao realizada con detalle, en la que es posible reconocer muchos edificios y lugares que se conservan hoy. Se distinguen la distribución de las siete calles, la iglesia de San Antón, la ahora catedral de Santiago, El Arenal… También figuran otros que han desaparecido como el convento de San Agustín, el Ayuntamiento antiguo y Consulado, o la ermita de San Mamés.

Que no te despiste lo que aparece en primer plano, hay elementos que aparecen repetidos, vistos desde dos lugares distintos. La escena principal, en segundo plano, corresponde a la vista desde Miribilla. En primer plano está Bilbao La Vieja, pero vista desde Atxuri, así que hay edificios que aparecen dos veces.

Un ángel sostiene un estandarte con la inscripción «Bil Bao» y muestra el escudo de la villa, con el puente, la iglesia de San Antón y los dos lobos, con la particularidad de que el puente tiene tres ojos, en vez de dos, y que aparece la casa consistorial antigua.

El cuadro muestra una vista sin antecedentes hasta ahora del barrio de «allende la puente», que es como se conocía entonces el arrabal de Bilbao La Vieja. Se distinguen el puente de San Antón, el enorme convento de San Francisco, con el vía crucis que conducía hasta él, y el convento de la Merced.

La Plaza Mayor, en el espacio que ahora ocupa el Mercado de la Ribera, tiene como fondo los arcos de acceso a las calles. Destacan la iglesia de Santiago -ahora catedral- y el desaparecido convento de la Cruz.

Por encima de las siete calles se ve el Arenal, que entonces era eso, una playa fluvial, con unos jardines que llegaban hasta el espacio que ocupa ahora la Plaza Nueva. A la izquierda, junto a la calle de la Sendeja, se ve el Convento de San Agustín, donde ahora se encuentra el Ayuntamiento, destruido en el asedio carlista de 1835.

En el camino hacia Zamudio, subiendo por Mallona, el cuadro representa la basílica de Begoña, con su campanario original, construido en el siglo XVI y que también fue destruido durante el primer sitio carlista.

Siguiendo ría abajo, se aprecian Olabeaga y la Ribera de Deusto, formada por casas dispersas y en la que destaca la iglesia de San Pedro.

En la parte inferior del cuadro llama la atención la representación de una falúa que navega con el pabellón que la Marina Real inglesa empleó hasta 1707. En la popa hay un personaje con un tocado llamativo que podría representar a quien encargó el cuadro.

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Según el Museo de Bellas Artes el primer propietario del cuadro fue quien lo encargó, su comitente. Era un mercader inglés llamado John Seale (1667-1714), nacido en Jersey y perteneciente a una familia asentada desde el siglo XV hasta hoy en Exeter, ciudad costera de Devon que mantenía un comercio muy activo con Bilbao desde el siglo XIV. Seale ha dejado cierto rastro documental sobre su paso por la villa, en la que vivió varios años.

Así, su nombre figura en una memoria que el Señorío presentó al Rey para tratar de frenar el intento de trasladar a Santander el comercio de lanas de Castilla que se mantenía en la villa de Bilbao. El documento menciona a más de un centenar de representantes comerciales extranjeros que representaban a firmas comerciales inglesas, francesas, holandesas y de otros reinos que exportaban lana de 1680 a 1690. Entre ellos figuran Juan Seale y Pedro Seale.

Además de comerciar en Bilbao con lana y comestibles, sobre todo bacalao, John Seale mercadeó con todo tipo de bienes y productos a lo largo de su vida, desde mantas y quilts a chocolates, además de café, tazas de té, mesas de té lacadas, abanicos, cuencos de ponche y muselina para corbatas. En el Archivo Histórico de Bizkaia se conservan los papeles de un pleito promovido en enero de 1692 por «Juan Seale, mercader inglés, residente en Bilbao», contra María Cruz de Olea, mujer de Antonio de Mendieta Aldecoa, vecina de Bilbao, por el pago de 1.342 reales procedentes de 61 fanegas de habas.

Como todos los ingleses asentados en Bilbao, Seale fue obligado abandonar la villa en 1702, cuando la Guerra de Sucesión interrumpió el comercio con Inglaterra. El cuadro también viajó hasta Devon y ha estado en manos de los descendientes de Seale hasta octubre del año pasado, cuando fue vendido en subasta.

Más misteriosa es la autoría de la pintura. Tuvo que ser un artista local que conocía bien las vistas de la villa y el aspecto de sus habitantes, que aparecen representados con mucho detalle en la obra. Según explican desde el Museo de Bellas Artes, en torno a 1700 no había muchos pintores reseñables en Bilbao, siendo las excepciones Martín Amigo y Nicolás de la Quadra. El gran formato del cuadro apunta a la posibilidad de que su autor formara parte de la familia Bustrín, de origen flamenco, muy activa en Bilbao, en la que destacó Nicolás Bustrín, documentado entre 1664 y 1708. Esta excepcional vista de Bilbao se puede explorar al detalle en la nueva plataforma del Museo de Bellas Artes.

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