Retiran el respirador a Salman Rushdie, que ha podido hablar tras ser apuñalado el viernes

Después de haber pasado horas en la mesa de operaciones, a Salman Rushdie le han quitado el ventilador y ha podido hablar tras el apuñalamiento. No obstante tiene lesiones severas en el hígado y un ojo y desgarros en los nervios del brazo a consecuencia del ataque con un cuchillo que sufrió el viernes por la mañana, cuando se disponía a impartir una conferencia literaria. El escritor y ensayista británico recibió cortes profundos en el cuello y en el abdomen y, según su agente, Andrew Wylie, es probable que pierda un ojo como consecuencia del brutal atentado registrado en Chautauqua, un condado eminentemente rural al noroeste del Estado de Nueva York, cerca de la frontera con Canadá.

El autor de 'Los versos satánicos', de 75 años y residente en Estados Unidos, fue apuñalado momentos antes de iniciar su charla en el festival literario de Chautauqua. Se disponía a hablar, precisamente, sobre la importancia de la libertad en la creación artística. Mientras el mundo reaccionaba con estupor a la noticia, saltaron a la luz informes señalando que los organizadores del coloquio rechazaron las recomendaciones de implementar medidas de seguridad básicas y habituales en este tipo de actos públicos -aludían al registro de bolsas y detectores de metales- por temor a que cambiara la cultura del evento.

La Policía asignó a Rushdie un agente para su protección. Fue él quien realizó el arresto de Hadi Matar, el hombre de 24 años y perfil de fundamentalista islámico que cometió el crimen. Aun así, muchos asistentes echaron en falta controles más estrictos en la conferencia, dado el penoso historial de amenazas contra el escritor y el especial momento de acciones violentas que se vive en Estados Unidos.

La Policía estatal, el FBI y la Fiscalía de distrito del condado de Chautauqua, que participan de manera conjunta en la investigación, no han confirmado aún el tipo de arma que utilizó el atacante. Matar abordó a su víctima en el estrado del auditorio mientras le presentaban, justo momentos antes de su turno para hablar. Derribó a Rushdie y le apuñaló repetidamente -unas diez o quince veces, según algunos testigos- antes de ser inmovilizado.

El moderador del acto, Henry Reese, de 73 años, cofundador de la organización que ofrece residencias a escritores que se enfrentan a la persecución por grupos violentos y estados dictatoriales, también sufrió una herida en la cara. Fue atendido en un hospital y recibió el alta médica más tarde.

Reese y Rushdie habían organizado la conferencia para reflexionar sobre el papel de Estados Unidos como refugio de escritores y otros artistas en el exilio. El festival literario atrajo este año a unas 2.500 personas, entre las que se encontraban figuras destacadas de la cultura como David Graves, de 'The New York Times', que asistía a la conferencia y presenció cómo el agresor se encaramaba al escenario y perpetraba su acción antes de ser retenido por miembros del público y la organización.

La Casa Blanca condenó el «espantoso» atentado contra el escritor y señaló que todos los miembros de la Administración de Joe Biden «rezan por su rápida recuperación». Kathy Hochul, gobernadora del Estado de Nueva York, donde se produjeron los hechos, subrayó la importancia de que la gente se sienta libre para «hablar y escribir sin censuras».

Desde esta perspectiva, puso de relieve el criterio de fácil accesibilidad del festival de Chautauqua, una tranquila comunidad rural donde figuras notables como Rushdie suelen participar en conferencias de verano. El anfiteatro escenario de la cita es un gran espacio al aire libre donde se realizan actividades culturales desde fines del siglo XIX. Para entrar, solo se requiere un pase.

La gobernadora demócrata destacó la figura del autor como alguien que ha pasado décadas hablando al poder sin tapujos y sin miedo, a pesar de las amenazas que le han perseguido toda su vida adulta. El mundo de la cultura internacional reaccionó horrorizado y alabó la valentía del escritor. Suzanne Nossel, directora ejecutiva de PEN América, una organización literaria dedicada a la libertad de expresión, de la que Rushdie fue presidente durante un tiempo, expresó la conmoción del colectivo literario y prometió que «su voz esencial no puede y no será silenciada».

El editor noruego William Nygaard, quien recibió un disparo que le dejó gravemente herido en 1993, después de publicar 'Los versos satánicos' en su país, dijo que Rushdie «ha pagado un precio muy alto por escribir con libertad». «Ha significado mucho para la literatura contemporánea y había encontrado una buena vida en Estados Unidos», agregó.

El novelista británico Ian McEwan describió a su «querido amigo Salman» como un «defensor e inspirador de escritores y periodistas perseguidos en todo el mundo, un hombre de inmenso talento, ardiente coraje y espíritu generoso que no será disuadido».

La larga lista de eminentes escritores que han reaccionado al atentado incluye al indio Amitav Ghosh; el premio Nobel Kazuo Ishiguro; la autora india y activista medioambiental Arundhati Roy; y Taslima Nasreen, que se vio obligada a abandonar Bangladesh tras la sentencia de un tribunal que condenó su novela 'Vergüenza' por haber herido el sentimiento religioso de los musulmanes.

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