Los vascos que estudian el 'infierno' de Venus
Dos astrofísicos de la UPV/EHU investigan un planeta que en su origen fue muy similar a la Tierra, pero que sufrió un cambio radical
Venus es uno de los planetas más estudiados del Sistema Solar. Es el segundo objeto más brillante en el cielo después de la Luna y ... el interés por la investigación 'allí' se centra en sus similitudes con la Tierra, su considerado «planeta gemelo». Ambos tienen un tamaño parecido, son rocosos y se encuentran-al igual que Marte- en la llamada «zona de habitabilidad», es decir, orbitan a una distancia del Sol considerada adecuada para albergar agua, clave para que la vida pueda salir adelante.
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Pero esas condiciones desaparecieron hace ya mucho tiempo de Venus, que sufrió una transformación que lo ha convertido en «el infierno que es hoy en día», describe gráficamente Itziar Garate, profesora del departamento de Física Aplicada de la Escuela de Ingeniería de Bilbao. Tiene temperaturas que rondan los 500 grados, miles de volcanes, lluvia ácida y una presión atmosférica noventa veces superior a la de nuestro planeta, «el equivalente a estar sumergido a mil metros de profundidad», añade Agustín Sánchez-Lavega, astrofísico y catedrático de Física Aplicada en la UPV/EHU. Ambos científicos son dos de los investigadores vascos que llevan años tratando de desentrañar los secretos de Venus, en concreto, de su atmósfera.
¿Qué ocurrió para que aquel planeta tan similar en sus orígenes al nuestro tenga temperaturas que derriten el plomo? Y no, no es un a forma de hablar. «No se sabe. Quizá su geología cambió por un cambio en la actividad interna del planeta», aventura el astrofísico, pionero de las ciencias planetarias en el País Vasco y Premio Euskadi de Investigación en 2016.
Hace unas semanas, un estudio publicado en la revista 'Sciencie' reveló que todavía podría haber actividad volcánica en este planeta que alberga una curiosidad llamativa: su velocidad de rotación es tan lenta que tarda en girar sobre sí mismo 243 días, mientras que completa la vuelta al Sol en solo 225 días. «De haber actividad volcánica se demostraría que está vivo, que tiene magma», explica el experto. El último mapa del segundo planeta por cercanía al Sol ha catalogado hasta 85.000 volcanes; en la Tierra se contabilizan 1.350.
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«Las primeras investigaciones de Venus las hicimos gracias a la misión Venus Express», cuentan los investigadores. Lanzada en noviembre de 2005 y finalizada en diciembre de 2014, fue la primera de la Agencia Espacial Europea (ESA) a este planeta. No llegó a posarse sobre su superficie. «Solo lo han hecho sondas de Estados Unidos y la extinta Unión Soviética. Eran como batiscafos diseñados para soportar unas temperaturas muy elevadas» continúa Sánchez-Lavega.
La segunda y más reciente reveló sus primeros resultados hace unas semanas en la revista 'Astronomy & Astrophysics'. Se centró en otra peculiaridad única, una especie de 'tsunami' en su atmósfera de 4.000 kilómetros de largo y 500 de ancho, unos dos millones de metros cuadrados, aproximadamente cuatro veces la superficie de la Península Ibérica. Fue detectada por primera vez en 2016 por Javier Peralta, investigador de la Universidad de Sevilla y doctorado en la UPV/EHU. Y este pasado año se ha podido estudiar con mayor precisión gracias a las imágenes obtenidas por la misión japonesa Akatsuki.
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60 veces más rápido
«Es una especie de discontinuidad o nube de abajo a arriba en torno al ecuador. Lo han llamado 'tsunami' por su rapidez y gran tamaño», explica la profesora Gárate, que añade que el interés en esta peculiaridad se relaciona con la 'superrotación', el fenómeno por el que su atmósfera gira sesenta veces más rápido que su superficie. «Esto no sucede en la Tierra, donde los vientos más fuertes van un 10% o 20% más rápido que la corteza. Algo parecido sucede en Titán, la luna de Saturno. No sabemos exactamente por qué sucede y por qué no desaparece nunca. Puede llegar a ser importante porque traslada energía desde las capas más bajas hasta las superiores. De confirmarse, sería uno de los factores que aportan energía a esa superrotación», señala la experta.
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