A la ropa de este diseñador de Galdakao le da igual que seas hombre o mujer

Los armarios unisex van ganando espacio en la industria de la moda. Cada vez son más las marcas y diseñadores de todo tipo que apuestan por borrar la barrera del género en sus creaciones. Un propósito que el diseñador canario Valentín Carballo, afincado en Galdakao desde su infancia, cumple en 'Equidad', su nueva colección primavera-verano. El joven, de 29 años, no solo apuesta por eludir las fronteras de género, sino que además propone amoldar sus diseños a la fisiología de cada cuerpo. «Las curvas de una hombre y una mujer tienden a ser diferentes. De hecho, las prendas unisex suelen ser básicas», precisa. Algo que no sucede con su nueva propuesta. «Mi intención es crear una pieza a medida para el cliente a partir de mis diseños. Me parece una buena manera de desafiar los estereotipos de género y llegar a todos», asegura.

La fuente de inspiración de la nueva propuesta de Carballo es la serie de Nenúfares que pintó al óleo el artista francés Claude Monet. «Tengo una fuerte predilección por el arte y, en esta ocasión, me apetecía indagar en su obra y, sobre todo, saber qué le llevó a elaborarla», indica. Una paleta de colores comedidos, que van desde el rosa pastel o el 'nude' hasta el blanco y el verde menta, dan color a unos diseños, estructurados y con volúmenes. «La línea está compuesta por pantalones, 'crop tops', abrigos y camisas», concreta. Unos diseños que también preservan el medio ambiente: «Mi firma mantiene un fuerte compromiso con la sostenibilidad. La colección esta elaborada a partir de tejidos nobles, como el algodón egipcio o la lana fría, que es más ligera y es perfecta para los meses estivales. Además, en este punto, el sistema 'preorder', que significa que está 'hecho por encargo', me permite elaborar solo lo que voy a vender», admite.

Su propuesta es una oda a la sastrería, en la que adquieren especial relevancia las camisas. «Los siete looks integran una», indica. Unas piezas que han requerido un exhaustivo estudio previo. «He investigado mucho sobre el vestuario masculino desde el año 1890 hasta el 1930. Las camisas que he ideado están inspiradas en aquellas prendas con cuellos altos, anchas, perchadas y blancas», puntualiza.

Carballo posee una pasión innata por la moda. «En mi familia, nadie se dedica al sector. Solo una tía mía, que era una magnífica modista, pero ella no me introdujo en el mundillo», admite. Por su parte, creaba de niño ropa para sus muñecos a partir de materiales que tenía en casa. Tras haber completado un grado superior en Telecomunicaciones, impulsado por sus padres, decidió ahora sí, cursar algo que le apasionara, así que optó por el patronaje en el centro público CIFP Nicolás Larburu, situado en Barakaldo. «Cuando terminé la formación, me ofrecieron hacer prácticas con el diseñador Giambattista Valli. Trabajé para él durante cuatro intensos meses en Bolonia. En aquella temporada, descubrí mi fuerte inclinación por el diseño de moda», cuenta.

La experiencia le sirvió para descubrir que tenía que prepararse más si quería hacerse un hueco en el sector. «Por esta razón, seguí formándome en la escuela de Moda y Alta Costura del maestro Javier Barroeta y completé un curso en arreglos y adaptaciones de prendas y artículos en textil y piel en la cooperativa Peñascal», cuenta. Finalmente, sus conocimientos y sus ganas germinaron en la creación de su firma homónima: 'Valentín Carballo'. «Me apetecía vivir la aventura de tener mi propia marca de moda. Lancé mi primera colección, compuesta por prendas con aire deportivo. La vendí en tres puntos físicos de Bilbao y en la página web de la firma», recuerda. Pero en el año 2018, comenzó un grado en diseño de moda en el Centro Universitario CESINE, en Santander, y debido a su apretada agenda, Carballo tuvo que priorizar y aparcar su proyecto más personal.

Mientras cursaba sus estudios en diseño de moda, fue dando a conocer su nombre y sus diseños en diferentes concursos nacionales del sector, que avalaron su talento por la moda. Fue uno de los finalistas del Premio Nacional Moda Baño del año 2018. «Fue todo un reto para mí, ya que nunca había hecho nada parecido», admite. Por otro lado, se proclamó ganador en el concurso Crearte de Granada, lo que hizo que se llevara 4.000 euros para su formación. «En nuestro territorio, también fui finalista en Getxo Moda en 2016, he desfilado en Gazteiz On y me concedieron el mejor diseño de vestido durante las fiestas del Valle de Trápaga», cuenta.

Tras completar sus estudios de moda hace unos meses, Valentín pone todos sus esfuerzos e ilusiones en una nueva colección, 'Equidad'. Y no solo eso, ya que le ha dado un lavado de cara a su firma: «Ha pasado de llamarse Valentín Carballo a denominarse solamente con mi apellido». Hoy en día, trabaja en sus creaciones en su taller de Galdakao: «Cada diseño tiene mucho esfuerzo detrás». El proceso creativo parte de una inspiración concreta, como puede ser la naturaleza. «Suelo llevar la Tablet encima por si se me ocurre algo en el momento menos esperado. Además, disfruto contextualizando esa inspiración, investigando y remontándome a la época… Luego, meto todo en una batidora y de ahí salen mis propuestas», cuenta. Boceta a mano y, en ocasiones, supera los 100 dibujos por colección, de los cuales elige los que más representan los conceptos que quiere trasmitir. Estos modelos son los que finalmente forman sus colecciones. El siguiente paso es patronar o, a veces, darle forma a las prendas a través de la técnica moulage, que permite construir la pieza directamente sobre el cuerpo del maniquí.

'Equidad', vio la luz hace unas semanas. Las novedosas prendas ideadas por el joven diseñador ya se pueden encontrar en su página web por un precio que va de los 175 euros a los 760. Eso sí, para hacerse con las piezas hay que trasladarse hasta el taller del creativo, ubicado en Galdakao, ya que las elabora a partir de sus diseños y expresamente para cada cliente. Y admite que el objetivo fundamental de esta propuesta no es vender lo máximo posible, sino dar a conocer un nuevo concepto de ropa unisex, que además de reivindicar la identidad única, se amolda al cuerpo de cada persona.