El cambio radical de la mujer de Pedro Sánchez, según las expertas vizcaínas

La nueva estación trae consigo una vorágine de tendencias que también se extrapolan al terreno capilar. El otoño es una época en la que se disparan las peticiones de cambios de look, ya que el deterioro de la melena tras los meses de verano hace que muchas mujeres se planteen sanear su cabello y, ya de paso, dar un giro a su corte y color. Parece que Begoña Gómez ha llevado este supuesto a rajatabla, porque en menos de dos meses ha cambiado de imagen un par de veces, comenzando por un retoque discreto que ha desembocado en una transformación total.

En septiembre, la mujer de Pedro Sánchez mostró su nueva melena en la 72º edición de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid. Durante el desfile de Devota & Lomba se dejó ver con unas puntas teñidas de un rubio más claro que su tono habitual y un flequillo algo más corto que llevaba, discreto, retirado del rostro. Sin embargo, el pasado sábado pudimos ver a la bilbaína dando el golpe de efecto definitivo y arriesgando hacia el drástico y temido flequillo recto.

El presidente del Gobierno y su esposa fueron recibidos en audiencia por el Papa Francisco, cumpliendo con el estricto protocolo del Vaticano que insta a los hombres a vestir de traje y a las mujeres con vestido recatado, por debajo de las rodillas y con el escote, la espalda y los brazos cubiertos. El look sobrio de Begoña Gómez daba aún más relevancia a su renovado corte de pelo que, en palabras de muchos, ha sido todo un acierto. Y es que los estilistas ya venían hablando de una nueva época de esplendor para el flequillo femenino de cara a este otoño. Este nuevo registro de la mujer de Sánchez no ha pasado desapercibido para la opinión pública, por lo que hemos querido analizar todos los detalles con las expertas vizcaínas, atendiendo a sus rasgos, su edad y las tendencias actuales.

«Me gusta mucho cómo le sienta, rejuvenece su look totalmente», comienza a contarnos Alazne Montero, la estilista de 'Furundarena Pelukerak', en la calle Gudari 8 de Amorebieta-Etxano. «Lleva una melena larga, con las puntas muy desfiladas y capas largas, totalmente de tendencia. El gran cambio lo marca el flequillo, espeso, recto y largo», aclara. La estilista Amaia Lauzirika, que pilota «La Pelu» en la Avenida Zugazarte 8 de Las Arenas, coincide en la capacidad que tiene este corte para restar años. «Los flequillos rectos hacen un efecto aniñado. Funcionan mejor, en general, con el pelo largo, incluso más que el de ella, y un poco desgastado. Da un aire setentero, tipo Brigitte Bardot, que consigue volumen y mantiene ese aire informal». Y es que, tal y como nos confirma la estilista Yolanda Aberasturi, que cuenta con dos centros en Bilbao - en Máximo Aguirre y Mazarredo – y uno en Getxo – en Aaretako Etorbidea -, los flequillos vuelven con fuerza este otoño.

No obstante, y dentro del amplio abanico que ofrecen los flequillos, este corte no siempre es la mejor opción, sobre todo cuando se tienen unas facciones duras y marcadas como las de Begoña Gómez. De hecho, Yolanda Aberasturi opina que, «aunque sea un peinado mucho más actual, no está favorecida, porque el flequillo tan grueso y recto potencia más su rictus». Lauzirika revela que ella no le habría hecho un corte tan excesivamente lineal. «Dejaría los laterales del flequillo algo más largos y abiertos, como lo tenía en septiembre, pero con más espesor. Así se conseguiría suavizar un poquito sus rasgos. Cuando su melena está estática, el flequillo le enmarca muchísimo la cara, acentuando en vez de disimulando ciertos aspectos», concreta. Montero coincide totalmente con Amaia y nos explica que así conseguiría equilibrar mucho más su rostro. «También lo habría desfilado un poco, para que tuviera más movimiento», remata. Aberasturi, por su parte, «quitaría grosor y abriría hacia los laterales».

Sin embargo, y en esto sí ha acertado la mujer de Sánchez, los flequillos siempre son agradecidos con los rostros alargados como el suyo, porque consiguen acortarlo y compensarlo visualmente. No ocurre lo mismo en las caras demasiado redondas o cuadradas, ya que, en su caso, los acentúa y no resulta tan favorecedor.

Yolanda Aberasturi es tajante al respecto: «el corte no tiene edad, solo el estilo que favorezca a cada una». Es cierto que la edad y el estado del rostro también es un factor importante a la hora de analizar qué tipo de melena nos favorece más, ya que, según Lauzirika, «en la veintena la cara aguanta todo, pero a partir de los 40 en adelante hay que tener más cuidado porque los ángulos se marcan mucho más». Begoña Gómez tiene 45 años y su rostro refleja las típicas líneas de expresión poco profundas acordes a su edad. Lauzirika confiesa que muchísimas mujeres como ella, entre los 35 y los 45, acuden a su peluquería en busca de su nuevo flequillo. «Les devuelve ese aire de colegiala que rejuvenece y, además, es una forma sencilla y efectiva de disimular las primeras arrugas para todas aquellas que no quieran caer en el bótox». Alazne Montero, por su parte, recalca la importancia de acompañar estos cortes con un acabado 'effortless' para restarle aún más seriedad. Esto se consigue a base de movimientos ondulados y evitando melenas estrictamente lisas y perfectamente planchadas. De los 50 en adelante, sin embargo, se comienza a dejar de lado este tipo de estilos en pro de cabellos más cortos, aunque siempre hay excepciones como la melena XL de Jennifer López una vez pasado el medio siglo.

La opinión también es unánime cuando hablamos de coloración. Tal y como nos explica Alazne Montero, Begoña ha aclarado su melena, añadiendo mechas más claras desde la raíz y marcando el degradado en puntas. Un cambio que «le aporta mucha luz y le va muy bien con su tono de piel y ojos», una opinión que comparte con Yolanda Aberasturi: «me gusta mucho el color, creo que le favorecen esos tonos». A Amaia Lauzirika le gusta más por el contraste conseguido. «Antes llevaba mechas color miel que no resaltaban tanto y le hacían un efecto más de aclarado por el sol. Ahora, la sensación de 'balayage' en las puntas más claras le da un aspecto más natural y moderno».

Lo cierto es que este cambio de look, aunque no sea excesivamente arriesgado, ha llamado la atención y ha colmado titulares, quizás porque no sea la norma general dentro del ámbito político. Pero, como dice Lauzirika, «no estamos acostumbradas a que las mujeres destaquen y normalmente se quedan en un segundo plano. Escandaliza mucho que se hagan algo cuando son señoras normales y corrientes».