La actriz vizcaína que interpreta a Sara Montiel en el anuncio de Campofrío y sueña con actuar en el Arriaga

«Ha sido todo un honor». Son las palabras de la vizcaína Elisabeth Ontoso sobre su participación en el anuncio navideño de Campofrío, donde da vida a la gran Sara Montiel, que falleció en 2013. Esta aventura comenzó hace unos meses cuando mandó un videocasting para probar suerte. Cuando su agencia de representación la llamó a los días para decirle que el papel era suyo, «empecé a saltar de felicidad mientras intentaba guardar la compostura por teléfono», recuerda con una sonrisa.

Ontoso, de 44 años, que reside en Madrid y ha regresado a Getxo para pasar las navidades con su familia, se incorporó así al spot 'Identiqué', un homenaje de Campofrío a esos personajes ilustres como Quevedo, Valle Inclán, Gloria Fuertes, Gila, Santa Teresa de Jesús, la tonadillera Estrellita Castro o el pintor Francisco de Goya, que han contribuido a la construcción de nuestra identidad. Ha contado con unos compañeros de reparto de la talla del nominado al Goya por mejor actor revelación Óscar Lasarte, que interpreta al histórico humorista de '¿Es el enemigo? La película de Gila', además de Rody y Gerard Jofra, quienes se ponen en la piel de sus respectivos padres, el payaso Fofó y el cómico Eugenio.

En un anuncio que abarca diferentes épocas y momentos históricos, el vestuario y la caracterización de los personajes ha supuesto todo un reto que, en el caso de Elisabeth, ha contado con la ayuda de Zeus y Thais, los hijos de Sara Montiel. Estos han cedido para la ocasión las joyas y el vestido rojo con el que la actriz, una de las más icónicas del cine español, presentó los premios MTV en 2002. Para conectar todavía más con el papel, Elisabeth contó con un maquillador muy especial, el de la propia Sara: Lewis Amarante.

La experiencia ha sido también un viaje a la infancia de esta intérprete vasca. «Yo de pequeña tenía los pósters de Sara Montiel, Carmen Sevilla, Elisabeth Taylor... así que esta oportunidad ha sido increíble». «Desde bien txiki ya me decían que de mayor iba a ser una artista. No había día que no me disfrazase o imitase a alguna actriz, político o presentadora», detalla. Tuvo un flechazo con la obra Romeo y Julieta de la compañía Ur, dirigida por Helena Pimienta, en el Teatro Arriaga, y en ese momento, «nunca lo olvidaré, supe que algo había cambiado en mí».

Actualmente vive en Madrid con sus dos pequeños, Mario de 9 años y Laia de 5. Aunque ha participado en series como 4 estrellas, Sueños de Libertad o La Caza, su sueño es «actuar alguna vez en el Arriaga. Menudo fiestón se va a montar cuando eso ocurra», apunta. También reconoce que vivir exclusivamente de la interpretación es algo «muy complicado». Ella compagina su vida delante de las cámaras con su trabajo como responsable de admisiones en una escuela de negocios. Se levanta a las seis de la mañana «para grabar mis castings y mis cosas, llevo a los peques al colegio, voy al trabajo y continúo con los castings», cuenta. «Al final, actuar es lo que me hace feliz. Aunque a veces mis amigas me dicen que estoy loca, para mí merece la pena ese esfuerzo y el dormir poco», concluye.

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