Vecinos de Atxuri denuncian un albergue improvisado en la cancha deportiva

Los residentes se quejan de que genera problemas de «higiene» y falta de seguridad, «porque allí hacen sus necesidades, esnifan pegamento, se pelean, hay botellas rotas... y luego se ponen a jugar o a hacer deporte los niños o algunos equipos, que se supone que para eso se hizo».

Los denunciantes aseguran que el compromiso del Ayuntamiento de Bilbao cuando se abrió la cancha en julio de 2016, era que se cerraría todas las noches precisamente para evitar que se convirtiera en un punto negro, pero «ahora las puertas de cristal quedan abiertas siempre». El pasado jueves, una de las vecinas, que pasa por allí cada mañana a primera hora para ir a trabajar, contabilizó medio centenar de personas durmiendo en el campo de fútbol. «Últimamente, ya hay hasta casetas hechas con sábanas, tiendas de campaña, traen carros con chatarra...».

Algunos de los residentes llaman casi a diario a la Policía Municipal para denunciar la situación, «pero vienen, les expulsan y al rato vuelven». «No pueden hacer nada más porque hay lista de espera de tres meses en los albergues». Los vecinos proponen que «se habiliten zonas adecuadas con baños» para acoger a estas personas que carecen de un techo bajo el que cobijarse. En la temporada invernal se abren nuevos espacios para evitar que personas sin recursos tengan que pasar la noche al raso con temperaturas gélidas.

Por su parte, desde el área de Acción Social del Ayuntamiento de Bilbao niegan que exista lista de espera en los albergues y aseguran que se «va ofreciendo a las personas que lo demandan o necesitan los recursos de los que se dispone». Las mismas fuentes añaden que la Policía Municipal interviene «siempre que sea necesario en el espacio público». Insisten en que «desde los equipos de Servicios Sociales siempre se ofrece a las personas en exclusión aquellos recursos disponibles, tal como marca la cartera de Servicios Sociales».

En julio de 2018, coincidiendo con la crisis de los cayucos, se vivió una situación similar en la cancha deportiva de Atxuri. Vecinos del barrio de Bilbao La Vieja ofrecieron a algunos inmigrantes una ubicación en alguna de sus dependencias. Posteriormente, con el confinamiento, los 'sin hogar' fueron derivados a los polideportivos municipales de Bilbao, que estaban cerrados al público para evitar la propagación del virus.

Con la llegada de la nueva normalidad y la bajada de los contagios, ha aumentado la llegada de visitantes a Bilbao y ya se está notando que «cada vez hay más gente durmiendo en la calle», apuntan desde una ONG que se dedica a la acogida de inmigrantes. Y este pasado verano «ha habido muchísima gente». Algunas noches, cuando la temperatura aún lo permitía, se veía a personas descansando en colchones en la ladera situada sobre el polideportivo.

En junio de 2016, el frontón de Rekalde, que se ubica bajo el puente de la autopista y está a resguardo de la lluvia, también estuvo ocupado por una veintena de indigentes para dormir. Algunos de ellos llegaron a sufrir el ataque de encapuchados, según denunciaron a este periódico.