«La tecnología sola no nos va a salvar, hacen falta decisiones políticas valientes»
Tres expertos en medio ambiente, big data y movilidad reflexionan sobre cómo construir un futuro más sostenible en el foro Universo Digital de EL CORREO
Considerando que tanto el futuro de la economía como el del medio ambiente van a estar condicionados por la suma de comportamientos individuales, de lo que haga la gente en su vida diaria, el debate dio un giro en su última parte. ¿Qué hay que hacer para fomentar las conductas responsables? ¿Convencer o imponer? Parecía un poco la discusión habitual sobre la condición humana. Lo de Hobbes y Rousseau sobre si el hombre es bueno o malo por naturaleza, pero por el flanco de la sostenibilidad.
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La reflexión se produjo durante la segunda mesa redonda de los foros Universo Digital, que organiza EL CORREO con motivo del 25 aniversario del nacimiento de la web del periódico. Participaron Olga Martín, directora general de Aclima; César Prol, director general de Digitalización y Atención ciudadana de la Diputación de Bizkaia; y Iosu Ramírez, socio director de Leber y uno de los principales artífices del Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) de Bilbao. Los tres asuntos a tratar, como queda claro por los perfiles, eran la cuestión medioambiental, el big data y la movilidad.
PRÓXiMOS ENCUENTROS
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10 de junio: Los temas a tratar serán los de Comunicaciones (por parte de Juanan Goñi, CEO en Guuk), Comercio (Ainara Basurko, diputada de Promoción Económica) y Turismo (Javier Hurtado, consejero de Turismo, Comercio y Consumo)
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17 de junio: Se debatirá sobre Economía Urbana (Xabier Ochandiano, concejal de Desarrollo Económico, Comercio y Empleo del Ayuntamiento de Bilbao), Finanzas (Ángela Cobos Alcalá del Olmo, manager de la Factoría Digital Retail de BBVA) y Ciberseguridad.
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24 de junio: Los foros se cerrarán el último jueves de este mes con reflexiones sobre Energía (Javier Arriola, director de Procesos y Tecnología de Iberdrola), Industria (Luis Pedrosa, director de Energía y Medio Ambiente Tecnalia) y Transformación (Víctor Pérez, director de la cadena de suministro de PepsiCo Suroeste
Son temas que están muy interrelacionados porque el manejo de los datos permite conocer mejor la realidad y tomar decisiones más atinadas en cuestiones que afectan al medio ambiente como, por ejemplo, la movilidad. Es el tipo de reflexión que se busca en estos foros, en los que colaboran BBVA, Iberdrola, el Ayuntamiento de Bilbao, la Diputación de Bizkaia y el Gobierno vasco.
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César Prol se fijó de un modo especial en todas las necesidades, y también oportunidades, que llegarán con el coche autónomo, y en cómo en la Diputación están dando pasos en el desarrollo de carreteras inteligentes. Se trata de que «el coche pueda recibir información de la propia infraestructura, interactuar con ella y con el resto de vehículos que van por la vía». Hay que trabajar en sensórica para lograrlo, pero también es necesario «manejar todos los datos» que genera la movilidad. Cuanto mejor sepamos cómo nos movemos, mejor podremos tomar decisiones atinadas sobre la gestión de las infraestructuras. Y compartir la información de manera inmediata nos permite conocer en qué situación está cada vía y tener al ciudadano informado en tiempo real.
Fugas de agua
Olga Martín se fijó en las enormes posibilidades que ofrece la digitalización para mejorar el medio ambiente. Lo primero que deslizó es que Europa se toma al fin en serio el tema, con la aprobación del Pacto Verde Europeo y el hecho de poner la cuestión ambiental en el centro de las políticas económicas e industriales. Más a ras de suelo, el clúster vasco lleva años trabajando en proyectos de colaboración con empresas privadas donde es muy visible la relación entre tecnología y medio ambiente. Martín puso varios ejemplos: desde «un algoritmo que permite identificar dónde hay una fuga de agua en las canalizaciones», lo que evita movimientos de tierra innecesarios en busca del problema; pasando por el control de plagas en formato digital; o sensores para medir la calidad del aire.
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En cuanto a la movilidad, la revolución digital está teniendo un impacto grande. Iosu Ramírez mencionó las posibilidades que ofrecen todo tipo de aplicaciones para movernos con soltura por cualquier lugar del mundo, por desconocido que sea. Nos ayudan a conocer el transporte público, dónde están los bidegorris... Y también se refirió a la importancia vital del big data para analizar cómo funcionan las ciudades y, además, para evaluar el impacto de las medidas que se van tomando desde las administraciones.
Pero, cuidado, porque «se pone el apellido 'inteligente' a demasiadas cosas, y los inteligentes debemos ser nosotros». ¿Qué quiere decir esto? «Que la tecnología sola no nos va a salvar». A su juicio, lo que hace falta es «valor político para tomar ciertas decisiones, aunque sean impopulares».
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Aquí llega el debate sobre la misma naturaleza humana. Ramírez apunta que «no podemos limitarnos a pedirle al ciudadano que tome decisiones responsables» porque la historia demuestra que, mayoritariamente, «tomamos la decisión que más nos conviene a nivel personal». Sobre todo, en cuestiones de movilidad. Hablamos del coche. Lo que dice Ramírez es que para que se deje el vehículo privado en el garaje no es suficiente mejorar el transporte público o decir que este último es más sostenible. Hace falta penalizar el uso del coche. Con peajes o lo que sea. Por ese lado pide valentía política.
Más o menos confianza
César Prol y Olga Martín, sin embargo, ven margen para incidir en la concienciación. «Todo va a depender de que las personas percibamos que con nuestras acciones vamos a tener un beneficio directo», dijo el responsable foral. Aunque también admitió que en ciertas aplicaciones, como la del covid, diseñada para el rastreo, «no hemos sido capaces» de generalizar su uso. Sí se utilizan mucho otras en las que el personal aprecia sus bondades de manera inmediata, como «las que nos avisan de dónde hay un atasco». También apuntó la importancia, por ejemplo, de que la gente que recicla perciba que esa acción está teniendo un impacto positivo directo en el medio ambiente.
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Para la responsable de Aclima la clave es la información, transmitir a la opinión pública datos objetivos sobre los riesgos de nuestras conductas. «Decir, por ejemplo, cuánta gente se muere por la contaminación acústica».Ramírez, algo incómodo en su involuntario papel de Hobbes –«yo también creo en las utopías», acotó–, apuntó que todo lo que mencionaron sus compañeros de debate «ya se ha venido haciendo y no ha funcionado». Aunque terminó deseando que «ojalá la concienciación sea suficiente».
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