Recuperan el camión encajado en una pista de Orozko: «Han hecho magia»
Seis vecinos del pueblo bregados en el sector forestal logran recuperar el vehículo en tiempo récord y contra todo pronóstico
«Son los putos amos. Han hecho magia», se maravilla el alcalde de Orozko. Sí parece cosa de magia. El tráiler de tres ejes que cargaba la plaza de toros portátil se había quedado encajado ... , varado, incrustado en la curva de una pista forestal remota. El chófer se había fiado ciegamente de Google Maps y terminó echado al monte. Todo hacía pensar en un problema irresoluble. En que habría que despiezar el remolque para sacar de allí semejante mamotreto. En que la operación se demoraría días, semanas quizás.
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Pues no. «Han hecho magia», repite Aitor Iza (PNV). Se refiere a un grupo de jóvenes vecinos de Orozko bregados en el sector forestal, que se manejan con maquinaria pesada por entornos agrestes, quebradísimos, casi intransitables. «Es gente habilidosa» que se dedica a retirar y transportar la madera de las talas por zonas muy peliagudas. «Imagínate las pistas por las que tienen que pasar, en los kilómetros de monte que hacen todos los días».
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Cuenta el alcalde que él llamó a dos que conocía bien. «Ellos le dijeron a otros». Y todos, seis, se pusieron manos a la obra. «Son chavales del pueblo de poco más de veinte años que controlan mucho. Si no lo sacan ellos, no lo saca nadie». Lo relata con un tono de emocionado orgullo. Apreciando mucho que un grupo de gente se implique en la solución de un problema común, que regale trabajo, tiempo y habilidad para lograr, pues eso, «hacer magia».
¿Cómo lo han hecho? «Han estado ayer y hoy en el monte». Lo primero fue llevar hasta el lugar un camión forestal y sacar parte de la carga del remolque. La carga es la plaza de toros portátil que se ha contratado para las fiestas de Orozko y que llegó desde Madrid. Con menos peso en su interior, cuenta el alcalde que «le engancharon unas cinchas» y el vehículo pesado forestal «le pegó un tirón y lo desencalló».
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Cuatro kilómetros marcha atrás
Una vez movido el camión de la curva aciaga que lo había dejado inmovilizado, uno de los jóvenes tomó el volante y el control «y bajó tres o cuatro kilómetros marcha atrás». Hasta llegar a un hayedo con una mínima zona expedita donde pudo dar la vuelta. «Metió allí el culo, no sé como lo hizo, ole sus cojones». Y siguió hacia abajo, hasta la explanada donde, finalmente, sí podrán montar la plaza de toros.
«Tengo un agradecimiento brutal, son seis chavales que se han pasado estos dos días en el monte, solo por ayudar». El dueño del camión les ha invitado hoy a comer porque se temía serios daños en su vehículo y estos chavales le libraron de desastre. El Ayuntamiento hará lo mismo próximamente. «Qué menos que pagarles una jamada».
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Todo comenzó el jueves, cuando el camión quedó atrapado en la pista aquella de tanto que se fio el chófer del Google Maps pese a que desde hacía varios kilómetros la cosa tenía mala pinta. El viernes comenzaron las reflexiones sobre qué hacer, las maniobras, los primeros intentos. Y este sábado a la mañana todo llegó a buen puerto, que viene a ser a la explanada donde se va a montar la plaza para las fiestas del pueblo, que arrancan este lunes, y en las que los festejos taurinos son una cita estrella. Las primeras corridas en la localidad datan del siglo XVII y se han convertido en religión. Según la programación, los días 2 y 7 habrá novilladas y el 4, vaquillas.
No las disfrutará el chófer que terminó en semejante contratiempo. Ayer, tras pasar la noche del jueves al viernes en un hotel de Orozko, se cogió un bus a Bilbao y de ahí otro a Madrid.
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