La vuelta de un clásico

El hotel López de Haro, al frente del cual se encuentra David Martínez Anasagasti, y cuyo jefe de ventas es Luis Guillamón, ha reabierto las puertas del restaurante club Náutico, en la primera planta del hotel. Tiene capacidad para 30 comensales, con las mesas perfectamente separadas, lo que garantiza atención personalizada y un buen servicio. Comer en el Club Náutico es una experiencia que merece la pena pues el chef, Julio Heras, con un cuarto de siglo en la casa, demuestra su talento en cada uno de los platos.

Su cocina es tradicional con algún toque moderno y productos de primerísima calidad. La fiesta comienza con anchoas del Cantábrico sobadas a mano con aceite de oliva virgen, lingote de salmón curado a la sal de Añana con aromáticas del huerto y las deliciosas croquetas cuatro estaciones (perretxikos, ibéricos, gorgonzola y black angus).

Se puede continuar con salteado de habitas con virutas de jamón y huevo escalfado, un cremoso de vieiras, boletus y juliana de trufa melanosporum o carpaccio de cigalas y berberechos con huevas de trucha, de un intenso sabor a mar. El festín prosigue con bacalao al pilpil o en salsa vizcaína, lubina salvaje de Armintza y brocheta de langostinos, rodaballo salvaje desespinado con patatas panadera y aceite premium, steak tartare con ensalada de germinados, pichón de Navaz en dos texturas con su pechuguita a la plancha un clásico del Náutico o un extraordinario taco de solomillo de black angus.

Como postres, frutos rojo gratinados con salsa chantilly, triple de chocolate (brownie de chocolate con helado de chocolate blanco y salsa de chocolate negro caliente) o helado de ginebra con limones de Bakio. En la carta de vinos hay algunos caldos muy especiales.