

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
«El acortamiento que sufre desde 1975 la base de la pirámide de población del País Vasco va a tener efectos importantes en el futuro». Ese augurio lo recogía, a finales de los ochenta, un artículo publicado en este periódico a cuenta del «socavón demográfico» en el que estaba inmersa Bizkaia. Ese mañana hace tiempo que ha llegado y, a día de hoy, nacen menos niños que nunca en el territorio: en medio siglo, los alumbramientos se han reducido un 71%, de 22.075 a mediados de los setenta a apenas 6.388 el pasado año. Cuando se publicó ese reportaje, que hacía referencia a que se estaban registrando «menos nacimientos que en plena Guerra Civil», las maternidades vizcaínas daban la bienvenida al año a unos 10.000 bebés, casi 4.000 más que ahora. Y aunque la continua caída ha sido generalizada, es en el Gran Bilbao donde más se acusa el hundimiento, del 72%.
Pero comparar la natalidad en las postrimerías del 'baby boom' con la actual no es justo. Por eso, demógrafos y sociólogos marcan diferentes hitos en la evolución de los alumbramientos, momentos clave que nos han llevado hasta la actualidad. El primero, en una sociedad en la que la mujer se empezaba a incorporar al mercado laboral y llegaban las libertades tras una larga dictadura, fue la reconversión industrial. «La siderurgia desapareció, cerraron los altos hornos, los astilleros... Había un paro del 25%, se disparó el precio de la vivienda, la gente se iba a otras comunidades y la natalidad bajó, como pasa en épocas de incertidumbre y crisis», explica Garbiñe Henry, doctora en Sociología Urbana y directora de Innovación y Emprendimiento de la Universidad de Deusto.
Los datos que maneja el Instituto Vasco de Estadística (Eustat) hacen además una aproximación a este fenómeno desde la perspectiva comarcal. Todas las zonas, sin excepción, presentan datos demoledores. Para hacerse una idea, la 'mejor' parada es Plentzia-Mungia, donde la natalidad ha descendido en medio siglo un 31,3%. A partir de ahí, hacia arriba, hasta el 72% del Gran Bilbao. «Al subir los precios de la vivienda, la metrópoli era mucho más cara que otras comarcas, y la gente joven se iba a otros municipios en los que hicieron su vida, tuvieron hijos allí...», señala.
Eso se aprecia también en otros indicadores. Mientras la población a nivel de Bizkaia ha crecido un 4,5% en estos años, la de los municipios que forman parte de la división administrativa Plentzia-Mungia, un 139%. Ostentan además, fruto de ese éxodo, la media de edad más joven, de 43,7, frente a los 46,7 años de la capital y su entorno.
A nivel general, el número de hijos por mujer pasó de 2,8 en 1975 a 0,9 a mediados de los noventa (en la actualidad es 1,15). Y muchas familias se quedaron entonces con un único vástago, por lo que tres décadas después hay menos mujeres en edad fértil. De hecho, que en aquellos tiempos la natalidad era muy baja es algo que se aprecia también en los datos por municipios. En este caso, al comparar los niños nacidos en 1998 con los de 2023, en 36 localidades vizcaínas se ha experimentado un aumento con respecto a esa fecha, lo que da cuenta de las dificultades de entonces.
En la evolución del último medio siglo otro hito ha sido la llegada de personas nacidas en otros países. Es cierto que en la segunda mitad de los años noventa ya se había iniciado una recuperación de la natalidad, pero en la primera década del nuevo milenio, empujada por las mujeres extranjeras, los alumbramientos crecieron un 20% en Bizkaia.
La crisis frenó esa tendencia, así como la entrada de ciudadanos con otra nacionalidad, aunque en estos momentos las migraciones se sitúan en máximos y serán «clave» en el aumento de los nacimientos. De hecho, las madres de otros países son quienes amortiguan la caída. Para muestra, los datos: en 2004 el 6,6% de los bebés tenían madres extranjeras, frente al 29,5% del pasado año.
El Eustat, en su última proyección de población, de hace apenas tres años, situaba en 2024 el ejercicio en el que la curva de la natalidad iba a empezar una ligera tendencia ascendente. Pero por el momento esa predicción no se está cumpliendo. Las estimaciones, en las que es complejo acertar, cifraban en 14.200 los bebés nacidos en Euskadi el pasado año, pero fueron apenas 12.904. Las expectativas se están enfriando y, si bien los expertos insisten en que los alumbramientos se incrementarán, no tienen claro cuándo. «Si tuviera que apostar, para finales de esta década empezará a aumentar, aunque esto lo decía más seguro antes», sostiene Unai Martín, del Grupo de Investigación en Determinantes Sociales de la Salud y Cambio Demográfico OPIK de la Universidad del País Vasco. El crecimiento de la inmigración y de las mujeres en edad fértil, por el repunte de la natalidad a finales de los noventa, deberían llevar a un escenario con más niños, pero se están empezando a detectar problemas. «La fecundidad está bajando de manera considerable», apunta el sociólogo. En 2017, estaba en 1,3 hijos por mujer, «un 50% más que en los años noventa», cuando alcanzó su mínimo, 0,9. Esa tasa, pese a que descendiera la natalidad, iba al alza, pero ya no. En 2023, último dato disponible, se situó en 1,15. El Eustat preveía que para entonces estaría en 1,23. «Las proyecciones no están siendo capaces de captar ese fenómeno porque no sabemos qué está pasando, si es que menos mujeres están teniendo hijos o que las que son madres están teniendo menos niños», matiza antes de aclarar que, «si no sabemos la causa, la políticas de familia no van a funcionar».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Fernando Morales y Álex Sánchez
J. Gómez Peña y Gonzalo de las Heras (gráfico)
Sara I. Belled y Jorge Marzo
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.