50 multas en Getxo por ir sin mascarilla o beber en la calle en horas prohibidas

Pese al trabajo conjunto de Policía autónoma y local, las actuaciones de unos pocos siguen enturbiando el ambiente y alterando la convivencia vecinal. La prueba es que un buen número de residentes llamó de madrugada a la comisaría para quejarse de grupos, principalmente de jóvenes, que les causaban molestias. Ante actitudes de ese tipo, fuentes policiales inciden en que en el municipio costero hay «tolerancia cero con el botellón y las quedadas». Y es que algunas de estas conductas prohibidas pueden salir muy caras. Supondrían la imposición de sanciones de más de 600 euros si fuesen consideradas graves.

Las actuaciones arrancaron en el patio del Colegio Público de Romo sobre las siete de la tarde del sábado. Agentes de la Policía Municipal de paisano vieron cómo unos jóvenes subían con bolsas por la valla del centro escolar para colarse al patio. Al inspeccionar lo que sucedía, comprobaron que había aproximadamente medio centenar de personas, casi todas en torno a los 18 años. Se trataba de una quedada. Mientras unos jugaban a fútbol en el patio del colegio, otros disfrutaban comiendo y bebiendo. Allí mismo se abrieron 15 expedientes a las personas que se identificó.

Por otra parte, sobre las dos de la madrugada, los vecinos de la zona de San Nicolás se quejaron de las molestias causadas por la música. Para entonces todos los bares habían cerrado, porque las nuevas restricciones al ocio nocturno obligan a bajar la persiana la 01.30. Pero el estruendo salía de un aparato musical que portaba un joven, empeñado en animar el ambiente. Al ver a los agentes, el chico trató de darse a la fuga, pero los uniformados consiguieron atraparle y le requisaron el aparato musical.

Además, la Ertzaintza también llegó a reconocer al joven que arrojó la primera botella contra un coche patrulla en los incidentes registrados la noche anterior en la calle Amezti, en Algorta. Su actitud provocó entonces que más personas insultaran y arrojaran objetos a los efectivos policiales. Además, a las 03.20 horas comenzó a arder un contenedor verde, para depositar vidrio, en la calle Artibai. No obstante, esta vez no se calcinó porque la lluvia apagó las llamas.

Fuentes policiales insisten en que «sólo se multa en casos de reincidencia cuando se trata de mascarillas, por ejemplo». «Debemos concienciarnos de que es por cuestión de sanidad, para evitar contagios», explicó un policía a un joven en la plaza de San Nicolás. Pero la insistencia de algunos grupos -una minoría- ponen en riesgo al resto. Son personas que se van a beber a otros lugares más apartados como las calles Obispo Echeandía, Artibai y Abasota, entre otras. Los agentes también requieren la colaboración de los hosteleros: «Ellos mismo deben avisarnos de que hay gente cortando la calle, en grupos sin mascarillas y sin guardar las distancias frente a sus locales, como ocurrió en Amezti en la madrugada del sábado». Si no cumplen con las normas, ellos también se exponen a sanciones, como el local multado la pasada madrugada en Algorta por no respetar los horarios de cierre.