37 mujeres de Ondarroa ya reman hacia Donostia: «Estamos muy emocionadas»

Un viaje de 110 kilómetros, 37 mujeres de más de 45 años, y un propósito: reivindicar que el mar y la costa también son cosa de las mujeres. Un grupo de remeras salió este sábado por la mañana desde Ondarroa tras escuchar la sirena de la cofradía de pescadores para arribar en Donostia bien entrada la tarde. El mal tiempo no fue un impedimento, ni lo será hoy para emprender el camino de vuelta.

Con la calurosa despedida de numerosos amigos, familiares y vecinos que se acercaron hasta el puerto deportivo de Ondarroa, las mujeres partieron cargadas de ilusión. «Es un esfuerzo físico importante, pero estamos preparadas», indicaba Miren Urresti antes de subirse a una de las tres traineras con las que empezaron el recorrido. A lo que Nagore Basterretxea añadió que el empeño merece la pena porque «lo hacemos por nosotras, por nuestras hijas y por todas las demás».

Pese al potente oleaje, las traineras alcanzaron su primera parada media hora antes de lo previsto -a las 12.30 horas-. «Hemos tenido el mar revuelto y a la altura de Getaria nos ha empezado a llover, pero estamos ya acostumbradas a estas condiciones», señalaba Miren Urresti a su llegada a Orio. Las 37 mujeres llevan entrenando desde octubre para este acontecimiento y «durante este año tampoco es que hayamos tenido las aguas en calma».

Para las remeras Orio era una parada muy significativa debido a que el evento se llevó a cabo por primera vez en el municipio guipuzcoano en 2018. «Ver cómo las pioneras de este proyecto nos daban la bienvenida a nuestra llegada ha sido muy bonito y especial». Hubo lágrimas de emoción.

Pero no solo las remeras oriotarras las recibieron con los brazos abiertos. Al arribar a puerto, una kalejira dirigió al grupo a la plaza del pueblo para leer allí un manifiesto feminista. «El reto no son solo los 110 kilómetros de recorrido, sino también reivindicar así el papel de las mujeres maduras en el medio marino».

Antes de volver al mar, las remeras se mostraron muy emocionadas y concentradas. «Después de estar preparándonos todo el año, estar llevándolo a cabo está teniendo mucha carga emocional. Es un subidón». A pesar de tener previsto salir de Orio a las 17.30 horas rumbo a Donostia, la marcha se retrasó debido a las condiciones del mar.

Como ya previeron por la mañana, el oleaje y el viento a la entrada de Donostia les dio muchos dolores de cabeza, retrasando casi una hora su llegada, pero «no ha impedido que cumplamos nuestro reto». Por muy preparadas que estuvieran, el temporal fue un gran obstáculo que lograron superar con creces: «Lo mejor de todo es que lo hemos hecho juntas, creando así una red de mujeres que han demostrado su fortaleza».

El resultado de tal esfuerzo fue una incesante euforia a su llegada que se limitaron a describir con un conciso «estamos muy contentas». Contra viento y marea lograron romper con los prejuicios que también hay sobre las mujeres en el deporte, «más aún si ya somos maduras».

Algunas han retomado la actividad física y otras, en cambio, la acaban de empezar después de casi media vida dedicada a otras cosas. «Queremos que cuando se hable de la mar, no solo esté presente la figura masculina, sino también nosotras».

Tras cubrir a remo la distancia que separa Ondarroa y la bahía de la Concha -y la odisea que supuso la hazaña-, las remeras se disponen hoy a emprender el camino de regreso a casa -no sin antes mirar la previsión del tiempo minuto a minuto- con la intención de llegar a la villa vizcaína a las 18.30 horas. La parada a medio camino será esta vez en Zumaia, donde participarán en otra kalejira y recuperarán fuerzas para el último gran largo.

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