Un hombre se baja del patinete antes de entrar en la estación de Bidezabal Ainhoa Górriz

El metro y Euskotren se suman a Renfe y prohíben los patinetes eléctricos por miedo a incendios

Califican de «inasumible» el potencial riesgo de explosión de las baterías y los usuarios de este tipo de vehículos replican que «no hay peligro alguno»

Viernes, 22 de diciembre 2023

Metro Bilbao y Euskotren –que gestiona la Línea 3 del suburbano y los trenes a San Sebastián, así como los que van a Bermeo y ... los del Txorierri y el tranvía de la capital vizcaína– prohibirán desde el próximo 15 de enero viajar en el interior de sus unidades con patinetes eléctricos, ya se encuentren desplegados o guardados en fundas o mochilas. ¿El motivo? El temor a una posible explosión de sus baterías y posterior incendio. De esta forma, los dos operadores públicos vascos, que seguirán permitiendo el paso de bicicletas eléctricas y sillas de ruedas motorizadas, se unen a Renfe que, desde el mes pasado, impide también la entrada de estos vehículos de movilidad personal a sus vagones.

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El veto al patinete eléctrico se produce después de que en octubre pasado uno de estos dispositivos estallara en la Línea 2 del Metro de Madrid, generando una gran alarma social. «Se produjo una deflagración y hubo que evacuar el tren porque se desprendieron humos tóxicos», argumentó ayer Goyo Sarasola, director de operaciones de Metro Bilbao, en declaraciones a Radio Euskadi. Aunque este tipo de episodios son muy poco habituales, las compañías de transportes han decidido actuar de manera tajante. Impedirán su acceso y tratarán de habilitar zonas de aparcamiento en el exterior de las estaciones para que sean allí estacionados.

En una nota conjunta, el suburbano y Euskotren justificaban la decisión porque «tienen el deber de garantizar debidamente la seguridad de todas las personas usuarias». En este sentido, argumentan que resulta «inasumible el potencial riesgo que dichos elementos suponen a día de hoy por las graves consecuencias que un incidente de estas características supondría para la integridad física de los viajeros, especialmente en el interior».

El veto al patinete eléctrico se produce en un momento en el que este vehículo está creciendo de manera muy notable como complemento al transporte público y alternativa al coche privado. El hecho de que sea barato (se puede conseguir uno desde poco más de 200 euros, siendo la recarga muy asequible) y permita recorrer distancias de varios kilómetros con comodidad, hace que muchos usuarios hayan apostado por esta manera de desplazarse, sobre todo después de la pandemia. Y hay que tener en cuenta también que hasta ahora se podía combinar con el tren, el metro y el tranvía, lo que permitía a muchos usuarios llegar hasta una estación cómodamente para enlazar después con el transporte público.

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¿Es Bizkaia el único lugar en el que los patinetes eléctricos no pueden entrar en los trenes y tranvías? No. Estos dispositivos son también perseguidos en Madrid, Cataluña, Sevilla, Londres, Dublín y Hamburgo. Pero se permite en muchas otras capitales europeas, donde se puede acceder libremente al suburbano.

Alternativa económica al coche

¿Qué sucede con Bilbobus y Bizkaibus? A día de hoy, son bienvenidos en ambos operadores, aunque con ciertos requisitos. En los autobuses forales deben viajar «protegidos en su correspondiente funda» y siempre y cuando haya espacio suficiente en la unidad. Los autobuses de la capital vizcaína siguen prácticamente la misma normativa, aunque sus responsables aseguran que la presencia de estos microvehículos es muy reducida.

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La prohibición no ha gustado nada al colectivo de usuarios de este tipo de movilidad en Euskadi. «No existe ningún riesgo. Los patinetes eléctricos vienen certificados con el distintivo europeo CE, que garantiza que no sufrirán ningún tipo de anomalía a menos de que se manipule o se tenga un accidente previo», explica Gorka Pradas, coordinador de la Asociación Vitoriana de Patinetes Eléctricos y vicepresidente de la Federación Española de Vehículos de Movilidad Personal. A su juicio, «no existe ningún argumento que justifique la decisión» y apunta a que se trata de «una discriminación» hacia un tipo de vehículo concreto ya que «las bicicletas eléctricas no se prohibirán, siendo portadoras de las mismas baterías que ahora han puesto en el ojo del huracán».

Pradas advierte de que el veto «tendrá consecuencias negativas en toda la movilidad metropolitana del área de Bilbao, limitando gravemente a miles de usuarios del patinete eléctrico y debiendo estos recurrir a vehículos contaminantes». El responsable de este colectivo concluye que la prohibición es «un irresponsable paso atrás» en la movilidad sostenible. «Habrá más coches, más humo y más tráfico en la ciudad».

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