21 meses de obras en Rontegi para ampliar a cuatro los carriles hacia Bilbao y Cantabria
La Diputación reordenará la calzada para reducir los atascos a costa de quitar un carril a la salida a Barakaldo: «No tiene sentido que sea tan amplia», argumenta
La Diputación ha iniciado esta semana las obras para cambiar la distribución de los carriles que conectan el final del Puente de Rontegi con las ... desviaciones hacia Bilbao y San Sebastián, Cantabria y Barakaldo. Casi 12 millones y 21 meses de trabajos van a ser necesarios para que la ruta hacia la capital vizcaína y Santander gane un carril más -de los tres actuales pasará a tener cuatro-. Se hará a costa de la salida que lleva hacia el BEC, que pasará de dos carriles a tener uno solo. «No tenía sentido que fuera tan amplia», reconoció ayer el responsable foral de Infraestructuras y Desarrollo Territorial, Carlos Alzaga, al anunciar el inicio de estas labores.
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Por Rontegi pasan diariamente 175.000 vehículos, casi el 7% pesados. Estos datos convierten la zona en una de las más transitadas de Bizkaia y un punto «crítico» de la red viaria. El Gobierno foral tiene en cartera dos actuaciones de calado y ha culminado otras dos durante la última década en ambos extremos del puente, única vía de conexión ahora mismo entre el Bilbao metropolitano y la Margen Derecha y Uribe Kosta, para intentar agilizar la circulación y evitar que se produzcan embotellamientos, especialmente a primera hora de la mañana y a media tarde. Ya no es solo el perjuicio del conductor que se ve atrapado en la zona, es que cualquier incidente extiende el problema hasta La Avanzada, la A-8 y el Corredor del Txorierri.
Primero se creó el nudo de Cruces en la entrada a Rontegi llegando desde Bilbao, luego se desarrolló el enlace de Kukularra, que permitió renovar la entrada al puente desde Leioa y las conexiones con Asua y Enekuri. Hace unos meses se licitó el proyecto para ampliar de tres a cuatro carriles el trazado de la A-8 entre Sestao y Trapagaran, último punto de la autopista en la zona que quedaba por aumentar su capacidad. Se trata de unas obras que costarán 3,5 millones y que también arrancarán durante el presente año.
Por fases y de noche
El siguiente paso es actuar directamente sobre el puente. Tras analizar los flujos del tráfico el Departamento de Infraestructuras de la Diputación llegó a la conclusión de que el reparto de carriles actual es poco eficaz. Hay tres que van hacia Bilbao y Cantabria que, pasado el radar de velocidad, se bifurcan. Aunque pocos conductores se fijen, según las señales, dos son en dirección a Santander y el que está más a la izquierda lleva a Bilbao. La conexión hacia Cantabria es por la que más coches pasan cada día. La que va hacia Bilbao y San Sebastián es el segundo más utilizado, muy por encima de los dos carriles que se desvían hacia el entorno del BEC y el centro de Barakaldo.
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La obra afectará exactamente a los 730 metros de calzada que van del punto kilométrico 9,650 al 8,920. Es la zona en la que la carretera, una vez se deja atrás el puente de Rontegi, inicia una ligera curva antes de que los vehículos se distribuyan entre las tres alternativas existentes ya citadas anteriormente. La calzada ya ha sido pintada de amarillo, primer aviso de que llegan meses de cambios e incomodidades para los conductores.
La parte principal del proyecto afectará al ramal de salida hacia Barakaldo. Además de reducir a un carril de circulación la parte inicial del trazado -mantendrá los dos al alcercarse a la rotonda que reparte el tráfico hacia Ansio o el centro de la localidad-, está previsto instalar un voladizo de 185 metros que permitirá agregar a la zona un nuevo arcén de tres metros. Los coches que se quedan detenidos en la zona, donde no hay mucho margen de echarse a un lado, debido a averías son el origen de un buen número de embotellamientos.
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El voladizo permitirá, además, instalar mamparas que atenuarán el ruido que padecen las viviendas más cercanas al vial, y debajo una nueva zona verde con juegos infantiles. Superada esta parte del proyecto arrancará la redistribución de los carriles existentes en Rontegi para pasar del actual esquema '1-2-2' al nuevo '2-2-1'. La Diputación ya ha anunciado que, dada la envergadura del proyecto y el volumen de tráfico que soporta la zona, la obra se acometerá por fases. «Habrá diferentes cambios de carriles de circulación en función de las necesidades de los trabajos y también se ejecutarán parte de las labores en horario nocturno para minimizar las incidencias», explicó Alzaga.
El Gobierno vizcaíno considera que la nueva obra de Rontegi, y todas las que viene haciendo en su entorno de un tiempo a esta parte, son actuaciones «quirúrgicas» que buscan agilizar el tráfico en la zona con pequeñas remodelaciones. Pequeñas en lo que se refiere a los metros de calzada afectados, claro, no al dinero que se inverte cada vez. Hace algunos años los responsables forales llegaron a reconocer que las actuaciones en el puente que une ambas márgenes de la ría eran simplemente «parches» a la espera de la solución definitiva para desembotellar la zona: la construcción del subfluvial de Lamiako.
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La que está considerada «última gran obra» del anillo viario que se va a construir en el territorio pretende absorber entre 50.000 y 55.000 de los 175.000 coches que pasan diariamente por Rontegi. Se dirigirá especialmente a los que no tienen sólo como destino el Bilbao metropolitano. Además de unir ambas márgenes, el túnel bajo la ría que irá de Artaza a Ballonti, de Getxo a Portugalete, también conectará con la Supersur y, por tanto, con la AP-68 y la meseta.
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