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Maika Salguero

Una jornada especial en Gernika: «Pedimos el día libre para no perdernos la feria»

Centenares de personas se abastecen de productos agrícolas y ganaderos mientras potean por el municipio disfrutando de la oferta gastronómica de puestos y txosnas

Alba Peláez

Gernika

Lunes, 27 de octubre 2025, 12:05

Pese a haber sido arranque de semana, muchos estaban deseando que llegara este lunes para poner rumbo a Gernika. La feria del agro vizcaíno por ... excelencia ha reunido a miles de personas deseosas de llenar sus despensas de productos de proximidad para darse un homenaje en los próximos días. Allí se han encontrado con los que son más de degustar in situ los alimentos en compañía de la familia o la cuadrilla, con un vaso de sidra en una mano y un talo en la otra. También se han citado con turistas que terminaron en la villa foral sin tener muy claro qué iban a encontrarse. Todos tienen un hueco para vivir su Último Lunes de Gernika.

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Desde primera hora, locales y foráneos han ido llenando el espacio destinado a los puestos hasta que al mediodía ya ha sido complicado discurrir por las calles principales del centro. De fondo, la música instrumental de las bandas y los altavoces se entremezcla a ratos con canciones de artistas euskaldunes que salen de las txosnas.

Una oportunidad de disfrutar del folklore, la artesanía y la gastronomía vasca en su máximo esplendor. El plan puede resultar chocante para los extranjeros que se acercan por primera vez a él, con un sinfín de puestos que hacen casi imposible irse con las manos vacías del Último Lunes. Dos familias suecas pasean con sus hijos entre los puntos de venta asegurando que «lo que más nos está gustando de Euskadi es la comida y los paisajes».

Entre los visitantes también hay un curioso grupo formado por varios japoneses que trabajan en Bizkaia y viven en Durango. «Es bonito ver a padres, hijos y abuelos disfrutar del día juntos. En Japón hay ferias, pero de este tipo no existen», apuntan.

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Los euskaltegi de Bizkaia aprovechan el evento para acercarse al trabajo de artesanos y baserritarras al tiempo que practican euskera. «Hemos estado viendo los puestos y ahora iremos a por un talo», explica un grupo de alumnos del centro bilbaíno Gabriel Aresti. Los vecinos de Gernika tampoco faltan a la cita cada año y aseguran que durante las horas que dura la feria «se triplica la gente por el pueblo», calcula Matxalen Olivares. Es un plan que todo el mundo quiere disfrutar. De hecho, muchos residentes que trabajan fuera de la localidad «pedimos el día para no perdérnoslo», indica.

Flores comestibles

El reclamo para los más pequeños está en la maquinaria y los vehículos agrícolas a los que miran con admiración y algunos juegan montados en un tractor de juguete. Los mayores, sin embargo, van directos a por eso que desde hace poco se conoce como alimentos 'de kilómetro 0' y están considerados como manjares, pero que hace décadas se consumían a diario gracias a los mercados. Tomates que saben a tomate y hortalizas que mejoran los cocidos o pimientos rojos de distinto tamaño y forma.

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Entre la oferta están los productos que pueblan las recetas de la gastronomía vasca, pero si se observa con detenimiento los puntos de venta se pueden encontrar alimentos que se han colado recientemente en nuestra dieta, como los aguacates, y otros que buscan elevar los platos dándoles un toque gourmet, como las flores comestibles —además de ornamentales— de colores variados.

Lo más buscado han vuelto a ser los quesos, el pastel vasco y las alubias de Gernika. Pero también las gildas, las guindillas, la miel o el pan. En el apartado de bebidas, la sidra se lleva la palma un año más para regar toda esta comida. Bien en formato botella para disfrutarla con calma en casa, bien en un vaso para tomarla al momento y acompañarla de un pintxo de queso, un bocadillo o un talo. El txakoli no se queda atrás y también está presente en estos dos tamaños. Tras la clausura de las casetas de productos, la fiesta se muda a las txosnas donde la música inunda el espacio y da paso a la juerga nocturna.

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La feria reúne por un día a los pueblos hermanados con Gernika

La fiesta del Último Lunes de Gernika ha vuelto a contar este año con la visita de los alcaldes de Alconchel (Badajoz), Oscar Díaz, y El Ranero de Burgo (León), Gerásimo Vallejo, para los que la gran feria del agro vasco se ha convertido «en cita obligada del calendario», apuntó Díaz, que en esta ocasión llegó a la villa foral acompañado del vicepresidente de la Diputación de Badajóz, Ramón Díaz, y el vicepresidente del grupo de Acción Local de la misma provincia, Miguel Rodriguez. La conexión entre Gernika y estos municipios es «profunda», ya que en las décadas de los 60, muchas familias emigraron desde ambas localidades hacia la localidad vizcaína en busca de nuevas oportunidades laborales. «Hoy hemos tenido la oportunidad de estar con nuestros paisanos vascos y conversar con ellos. Al reencuentro se sumaron también este año su homólogo en la liudad de Berga (Barcelona), Iván Sánchez, y el teniente alcalde de Toro (Zamora), Carlos Rodríguez. «Hemos recorrido los puestos, comido en el Boliña Viejo y, por la tarde, hemos disfrutado de los partidos de cesta en el Jai Alai».

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