Rebeca Huayta Huacán, de 45 años, es la primera víctima mortal de la violencia machista en Euskadi de este año que está a punto de ... terminar, aunque suma la número diez en España solo en diciembre, el mes más trágico de los últimos ejercicios. Natural de Patacamaya (Bolivia), afincada en Bilbao desde hace dos décadas, fue presuntamente asesinada el martes por la noche por su actual pareja, Leonel B.T., conocido como 'Leo', de 44 años, en el bar que ambos regentaban desde hace unos tres meses, la taberna Hilargi, en la calle San Francisco de Bilbao. Él, que también trabajaba en obras domésticas como fontanero, acumula un largo historial de detenciones por violencia de género con parejas anteriores entre 2016 y 2021, según ha podido saber este periódico en fuentes cercanas al caso. Aunque una de sus víctimas retiró la denuncia por «presiones de la familia en Bolivia», detallaron algunos de sus allegados.
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Llevaban juntos apenas un año. Ambos procedían de otras relaciones, habían estado casados y tenían hijos de esos matrimonios. En su escaso tiempo de convivencia, en un piso de la cercana calle Bailén, mantuvieron varios enfrentamientos. La situación era conocida en su entorno, si bien ella nunca llegó a denunciarle. «No era la primera vez que la pegaba, pero Rebeca le tenía miedo porque la amenazaba. Decía que era su pareja. Sus amigas siempre estábamos pendientes de ella, de si estaba bien o estaba mal. Pasábamos continuamente por el bar», explicaba este miércoles una compatriota íntima. «'Leo' era muy celoso. No soportaba que tonteara con los clientes. Se le veía 'tranquilito', pero en cuanto tomaba cuatro tragos... Él decía que estaba muy enamorado», apuntaba otra mujer de su círculo.
Rebeca no tenía familia directa en Bilbao. Se apoyaba mucho en la comunidad boliviana, especialmente en Virginia, a quien consideraba como una madre. «Amatxu, tú eres la única que nos cuida aquí», le repetía. La mujer, con una larga cabellera de color negro azabache atada en una coleta, lloraba desconsoladamente sentada en el estanco situado junto al 'Hilargi'. Desde allí avisó a sus familiares en Bolivia del crimen. «¡Rebeca está muerta y 'Leo', detenido. La ha matado!», decía, llevándose una mano nerviosa a la cara. Después, tuvo que ser asistida por sanitarios de una ambulancia con un ataque de ansiedad.
El arma homicida
El homicida fue arrestado por última vez el pasado 2 de diciembre. La guardia urbana instruyó el expediente por un delito de malos tratos habituales. Según las mismas fuentes, le dio una paliza que la condujo al hospital de Basurto con una brecha en la cabeza. A pesar del atestado policial, no le denunció. Aseguró entonces que no iba a dejarle entrar al bar, pero volvieron a reconciliarse. Y, en otras ocasiones, aparecía con los ojos morados.
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«Sobre las once y media, empezaron a discutir como siempre en el bar. Les dije que lo dejaran, que estaba la niña delante», cuenta todavía impactado por la noticia un amigo de la pareja que estuvo con ellos justo antes de que se produjeran los hechos. Cuando les dejó, 'Leo' debió de perder el control y acabó acuchillando a su compañera sentimental. El cuerpo presentaba una docena de cortes por arma blanca en el abdomen y el rostro, en el que se cebó, y alguno más en la espalda. Destrozada. Al parecer, antes de coger el cuchillo de cocina con el que acabó con su vida, intentó estrangularla con sus propias manos, según el examen superficial durante el levantamiento del cadáver y a falta de que se le practique la autopsia en el servicio de patología forense del Instituto vasco de Medicina Legal (IVML) de Bilbao.
Después, según contó él mismo, se fue a casa a dormir. Sobre las cinco de la mañana, telefoneó a un amigo. Se encontraba bajo los efectos del alcohol, por lo que su interlocutor no concedió demasiada credibilidad a su testimonio. Al regresar para abrir el bar por la mañana, sobre las 08.40 horas, el homicida llamó desde el propio establecimiento al 092 de la Policía Municipal para confesar su acción. «¡La he matado!», le escucharon decir algunos testigos al subir la persiana. Insistía en que no recordaba lo que había ocurrido.
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Rosas lilas en el bar
Una patrulla que se encontraba por la zona acudió a identificarle y una agente en prácticas con conocimientos de enfermería entró en el local y comprobó que la mujer, tendida sobre un charco de sangre en la cocina, no tenía pulso. El arma se encontraba tirada en el suelo junto a su cuerpo. Un médico de una UVI móvil de Osakidetza confirmó el fallecimiento. Sobre la barra colgaban aún los adornos navideños en forma de estrella que Rebeca había dispuesto con ilusión al comienzo de las navidades.
Los policías municipales procedieron a la detención de Leonel B.T. por un delito de homicidio. Fue conducido hasta los calabozos de la comisaría central de Miribilla y, posteriormente, a las dependencias de la Ertzainetxea en Deusto. Será este cuerpo quien complete las diligencias, dada la gravedad del cargo que se le imputa. Un ertzaina custodiaba ayer por la tarde la puerta, del 'Hilargi'. Alguien había dejado un ramo de rosas de color lila, símbolo contra la violencia machista, al pie de la puerta.
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