La rana que ayuda a La Cuadri del Hospi
Varias empresas del Laboratorio Urbano de Barakaldo recrean con el tradicional juego el escenario desaparecido en la Herriko Plaza
Hace diez meses que el Laboratorio Urbano de Barakaldo echó a andar aún sin un espacio físico definido, a la espera de que se reformen los locales de la plaza Pormetxeta. Un grupo motor conformado por 18 empresas, de diversos ámbitos, que trata de hacer de la innovación y sobre todo de la colaboración el potente mecanismo que impulse a la segunda urbe vizcaína en el futuro más cercano, atendiendo a las exigencias que demandan los nuevos tiempos.
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Todas estas compañías han recibido este viernes un homenaje, por su labor, del Ayuntamiento fabril, y en concreto de su agencia de desarrollo, Inguralde, y mostraron que estas sinergias que han surgido entre ellas ya han dado sus frutos, con una doble recuperación: la del tradicional juego de la rana, y la del escenario o quiosco de la música con forma de este animal, muy añorado por los vecinos, que desapareció en la Herriko Plaza en 1997.
Se trata por tanto de un proyecto de cocreación interempresarial, de compromiso e innovación social, con una finalidad solidaria, ya que se ha pensado para recaudar fondos para La Cuadri del Hospi, asociación que ayuda a la investigación y al bienestar de las familias de menores con cáncer. Detrás de todo ello está Carlos Rico, quien hace poco más de cinco años decidió montar su propia empresa, Calderería Goitsak, en la que realiza moldes para los parabrisas de los coches. «Me puse en contacto con Inguralde para darme a conocer, me hablaron del Laboratorio Urbano y yo les conté que llevaba un tiempo queriendo hacer esto, y me animaron», ha declarado.
La recreación del quiosco, hecha con diferentes plásticos e impresa en 3D, va acompañada por los dos niños del logo de La Cuadri del Hospi. Las fichas, de acero, como las tradicionales, deben entrar tanto por la boca de estos personajes, a modo de vitaminas, para su cura, como por las estrellas que aparecen en sus camisetas, para ir sumando así puntos. «La idea con la que yo presenté este proyecto es la de que fuera una rana itinerante, que recorriera distintas zonas de Barakaldo y la gente fuera jugando, y depositando donativos bien introduciendo el dinero en una hucha, o mediante un código QR», ha explicado Rico a este periódico.
En bares, colegios y fiestas
Y es que lo que se pretende es realizar una liguilla en los diferentes barrios, que cada uno de ellos cuente con una de estas ranas, y que los bares de cada zona organicen periódicamente campeonatos. Para ello se fabricarán más unidades. De momento no han fijado un precio, solo cuentan con una de ellas, el prototipo, y ya han recibido dos pedidos: del propio Ayuntamiento, y del colegio Salesianos de Cruces. «Está teniendo bastante auge, la gente está preguntando mucho para poder tener ranas propias. Es un juego que engancha, que pica, y que es sano, hace que la gente lo practique con los demás, y encima los más jóvenes van a tener oportunidad de conocerlo», apunta el creador de esta idea.
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Una propuesta que desde La Cuadri del Hospi recibieron con los brazos abiertos. «Cualquier iniciativa que nos viene de gente que quiere ayudar a los niños y adolescentes con cáncer de Bizkaia es un orgullo. Por poco que sea es una ayuda muy importante para seguir manteniendo nuestros proyectos», ha afirmado Débora Martín, destacando que esta asociación, con sede en Cruces, recibe al mes a más de 180 familias de grandes luchadores.
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