La joven de 21 años que promueve el deporte al aire libre entre los getxotarras

«Busco promocionar el deporte al aire libre entre la gente. La idea surgió en la pandemia cuando en los gimnasios había restricciones de tiempo y espacio», explica. Ella, al igual que muchos ciudadanos, optó por hacer deporte en la calle. Concretamente, ejercitaba en un parque de calistenia, algo «más económico, social y divertido». «Me di cuenta que, pese a lo beneficioso que es, no se conocía mucho, ¡y menos aún entre la gente mayor! Tampoco veía mujeres, así que poco a poco empecé a investigar y entendí que había unas percepciones equívocas sobre la disciplina, por lo que decidí trabajar en ello para acercarlo a todo el mundo», detalla. Y así comenzó un largo proyecto, que también agrupa conferencias y talleres, para incentivar el ejercicio en la calle sin importar la edad.

Inés siempre tuvo la inquietud de hacer algo diferente, algo que le «llenara por dentro». «Mi familia viene del periodismo y muchas veces me decían que tirara por esa rama, pero en todas las alternativas que surgían me parecía que me faltaba algo. No había nada que me convenciera para dedicarme a ello toda la vida, así que me metí en una carrera que me dejará desarrollar diferente ámbitos. En Mondragón descubrí que emprender era realmente lo que me apasiona», cuenta. Por el momento sólo dispone de instalaciones en Getxo, aunque imparte cursos y conferencias en otras localidades como Sopela o Leioa. El motivo, en sus palabras, es que «la cabecera de comarca está apostando mucho por el deporte en la calle. De hecho tenían un plan que buscaba poner una instalación por cada kilómetro y medio alrededor de la costa».

– ¿Pero por qué es tan importante el deporte en la calle?

– Es algo accesible para todos. Las ciudades deberían estar preparadas, e invertir, para que todo el mundo pueda practicar ejercicio. También creo que los deportes urbanos tienen un componente social muy importante. A mí lo que más me gusta son las amistades y relaciones que se generan. En Getxo vemos cómo los mayores que practican, por ejemplo calistenia, han creado unos vínculos muy especiales con sus compañeros. Hay que tener en cuenta que antes este tipo de parques los ponían las constructoras, como de regalo, sin cariño. En mi caso, intento cuidar todos los detalles para acercarlo a la ciudadanía.

Inés asegura, no obstante, querer avanzar de forma más veloz. Su aventura empresarial comenzó con un grupo de 13 personas, que se redujo a dos cuando formó la compañía. Desde hace un año está, sin embargo, sola como autónoma, algo que le obliga a tener el control de todos los ámbitos. «Getxo fue uno de mis primeros clientes. Les gustamos y les demostramos que lo hacemos bien. Pero en realidad, me gustaría ir más rápido de lo que voy. Hay veces que paso varios días pensando en la estrategia», puntualiza.

La joven dice que el emprendimiento es positivo por «su flexibilidad, aunque le dedico lo mismo que a una jornada laboral» y apunta que busca expandirse a otros sectores como la empresa privada, donde poder asesorar a los trabajadores para mejorar sus posturas y su bienestar en la oficina.