Las gaviotas aún no han ocasionado daños graves a personas, pero sí situaciones incómodas. E. C.

Getxo declara la guerra a unas gaviotas cada vez más agresivas

Los problemas de convivencia que genera esta ave, cada vez más común en los centros urbanos, lleva al gobierno a seguir su plan de control

Jueves, 30 de noviembre 2023

Observar gaviotas en tejados, ventanas e incluso en terrazas a pie de calle es cada vez más habitual en Getxo.La expansión de la patiamarilla en barrios como Las Arenas o Romo sigue generando quejas por parte de los vecinos, quienes consideran la situación «un riesgo por la agresividad que presenta en ocasiones el animal», algo que ha obligado al Ayuntamiento a continuar con su plan para controlar la proliferación de esta especie, el cual ejecuta desde el año 2020. «La gaviota es una animal que se amolda muy bien a la zona urbana y que se alimenta de los residuos. Se acostumbra a la comida de la ciudad en vez de la salvaje», aseguró Iñigo Urkitza, responsable del área de Medio Ambiente.

Publicidad

Por ello, el Consistorio ha llevado a cabo por tercer año consecutivo una exhaustiva campaña con el fin de «hacer entender al animal que tiene que anidar fuera del entorno urbano». ¿Y cómo lo han hecho? Con la ayuda de un dron. La empresa adjudicataria utiliza, con los pertinentes permisos de la Diputación, este vehículo aéreo no tripulado para localizar aquellos tejados o azoteas en las que el animal está creando, o lo ha hecho ya, un nido tras recibir un aviso por parte de algún residente para trabajar en su retirada. Según los datos que maneja el Ayuntamiento, quien afirma que «la intención siempre es quitarlo antes de que la gaviota lo acabe», en 2023 se ha accedido a un total de 34 inmuebles, retirando 21 huevos y 10 nidos, sin afectar al animal en sí mismo, ni a los pollos. «Los técnicos tienen controlado dónde suelen anidar, aunque en algunos casos son muy tozudas y repiten el vuelo, llegando incluso a tener que quitar el nido hasta en tres ocasiones», detalla Urkitza.

Sin daños graves

Aunque todavía «no se han registrado daños graves a personas», sí que se han dado situaciones «en las que salir a la terraza, sobre todo de los últimos pisos, era un riesgo porque el ave se sentía amenazado después de anidar». «Es un animal silvestre con el que debemos convivir, pero cada vez hay más personas que han visto como una gaviota se posaba en una mesa y les robaba el pintxo», ejemplificó el edil. Además de la peligrosidad, Getxo también comenzó con el control debido a que los residuos que desprendían éstos alados atascaban en numerosas ocasiones las pluviales.

Reconocen asimismo que «se ha observado un aumento de la especie» respecto a otros años. Lo comparan, por ejemplo, con el censo de las palomas, las cuales ven que han descendido de forma consecutiva. Aunque Las Arenas es el barrio más afectado, las patiamarillas también se están asentando con más frecuencia en Romo. «Pedimos que los vecinos nos avisen cuando detecten un nido para pedir los permisos pertinentes y sobrevolar el inmueble. En muchas ocasiones hemos conseguido que el ave no vuelva, puesto que el principal objetivo es buscar el equilibrio para que no haya una población excesiva», detalló el responsable, quien no descarta volver a poner en marcha una nueva campaña en 2024 al reconocer que «es algo que los residentes nos siguen demandando».

Junto a las gaviotas, la proliferación de ratas es un asunto que también preocupa. El Ayuntamiento recordó que a lo largo del año se hacen tres campañas de ratificación, además de las «específicas cuando la ciudadanía da el aviso».Según los últimos datos, el número de roedores ha aumentado un 22% en la vía pública –la media son unos 250 avisos al año–, aunque desde Medio Ambiente consideran que el crecimiento es debido a que «cada vez hay más gente que sabe que puede llamarnos cuando se da un caso de este tipo para actuar».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad