El cementerio de Getxo incorporará un espacio de recuerdo para los nonatos

Uno de cada cuatro embarazos no llega a término. Es una realidad con la que conviven muchas mujeres y de la que todavía se habla poco. El duelo gestacional, perinatal y neonatal sigue siendo un tabú. El Ayuntamiento de Getxo seguirá los pasos de Bilbao y creará un Espacio de Duelo Perinatal, un lugar al que las madres y el resto de familiares puedan ir a llorar a aquellos bebés que fallecieron durante el parto, al poco tiempo de nacer o en el embarazo.

Estará ubicado en el cementerio de la localidad y, aunque no será un lugar de entierro como tal, permitirá visibilizar las pérdidas y ayudar a los progenitores a sobrellevar su dolor. Desde 2016 las mujeres que han perdido un bebé tienen derecho a recuperar el cuerpo a través de una funeraria, independientemente de la semana de gestación, bien para enterrarlo o incinerarlo, según una sentencia del Tribunal Constitucional. Hasta entonces era el centro hospitalario el que se hacía cargo del cuerpo, sin que los padres tuvieran un punto en el que poder enterrarlo e ir a velarlo.

«Aunque existía jurisprudencia se han tenido que hacer protocolos para que en todos los centros hospitalarios se actuase de igual forma, antes únicamente se entregaban los cuerpos de más de seis meses, por lo que hay muchas familias que no tuvieron opción de recuperar los restos y no pueden ir a ningún sitio a honrarlos. Así nace la idea de disponer de un espacio de recuerdo en Getxo», explica María González, presidenta de Esku Hutsik, organización que ayudará al Ayuntamiento getxotarra en la creación del memorial. El colectivo tiene más de 160 socios en Euskadi y Navarra, y también asesoró al Ayuntamiento de Bilbao.

En Getxo deberán decidir ahora cómo será este lugar. La medida ha suscitado el apoyo de todos los grupos políticos con representación en el Ayuntamiento, a propuesta de Elkarrekin Podemos. Tomará como referencia el cementerio de Derio, donde el espacio, conocido como el Jardín de las Estrellas, se construyó en una plaza y una figura representa el abrazo de un madre hacia su hijo. Una segunda escultura imita un panel estelar con agujeros donde las familias pueden introducir recuerdos de sus bebés como poemas, dibujos y se enciende una estrella.

«Estos lugares son muy necesarios en todos los sitios. Prueba de ello es que a Derio se dirigen de todos los municipios de los alrededeores porque no hay más. A este hecho se une, además de ser un tabú la muerte de un hijo, que es un duelo antinatural, porque el bebé fallece cuando espera la vida», comenta González. Ella es una de las seis madres que hace tres años decidieron fundar este colectivo después de haber perdido a sus bebés. En su caso, la que iba a ser su primera hija falleció a los nueve meses de embarazo.

La organización nació como lugar en el que atender a las familias que estaban pasando por una situación similar, pero desde el principio cosechó el interés de profesionales de Osakidetza, porque también para ellos constituye un trauma que un embarazo no termine con un final feliz. El colectivo visibilizaba una realidad y permitía hablar de un sufrimiento que muchas mujeres viven en soledad.

Presentaron una proposición no de ley en el Parlamento vasco que permitió unificar criterios. «Ahora está la opción de recuperar el cuerpo o dejarlo en el hospital y que se gestione allí, pero aún así todavía muchas familias lo desconocen», aseguran desde el colectivo con sede en Getxo.

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