La religión chupadedista

Entre que a unos les gusta que les chupen el dedo y otros creen que todos nos lo chupamos, a veces todo es muy confuso

Domingo, 5 de octubre 2025, 00:50

Quiero aprender a hacer punto de cruz para bordar en una tela blanca, con letras indelebles y floridas, el acuerdo sobre la proposición número 43 ... del último pleno municipal de Bilbao. Luego quiero ponerle un marco con volutas y querubines. Pactaron ese acuerdo los grupos de gobierno, PNV y PSE, y el principal partido de la oposición, EH Bildu. Suman entre los tres 23 de los 29 representantes de la soberanía popular en el Ayuntamiento de la gran ciudad vasca. Así que en ese acuerdo queda destilada la esencia de la democracia, es el triunfo del diálogo, del poder de la palabra y da cuerpo a la potencia transformadora de la política local. A continuación, el texto. Todos en pie: «El pleno del Ayuntamiento de Bilbao insta al equipo de gobierno a reforzar los modelos de gestión comunitaria en la villa a través de la implementación y revisión y renovación en los casos que proceda, de las herramientas existentes para ello (sic)».

Publicidad

Sé que debe de ser muy importante porque no entiendo nada. Pero sí parece que la redacción es lo suficientemente abierta, vaporosa, imprecisa y hasta vacua como para dejar la puerta abierta a todo tipo de cosas buenas que se les vayan ocurriendo. Nada de concreción, que es muy limitante. Vía libre a la creatividad, a la imaginación y a la fantasía para hacer eso, lo que sea.

Pero no vaya usted a pensar que en el gran foro político de Bilbao todo es pacto y asentimiento. También hay confrontación y debate, fiscalización y crítica. En ese mismo pleno, de repente, en Elkarrekin sacaron una foto de carácter probatorio. Blandió un concejal morado la foto esa. Yo me puse pila, pilísima, como es lógico. Al fin un escándalo sexual, pensé. Pues no. Era una foto del alcalde en misa. En misa. Ahí quedaba demostrada la participación en oficios religiosos del alcalde. El tema iba sobre la laicidad y sobre el día de la Amatxu de Begoña o algo así, que habrán detectado en la coalición el clamor social en este sentido.

Me despisté un poco durante el debate porque cuando los representantes del pueblo hacen una de estas performances suyas de sacar fotos y tal, la imaginación se me va a los previos. Quiero decir, al proceso creativo original: pienso en los munícipes buscando la foto en Google, encajándola para que salga horizontal en un folio DIN A4, buscando cómo se hace para que la impresora imprima a color... Se me va la imaginación al making-of, vamos.

Publicidad

Sí, ya sé que sufro de esquemas mentales dispersos, un poco como Homer Simpson. Pues sí. Es que los plenos municipales, tan largos y tan densos y tan provechosos siempre, tienen un no sé qué que induce a la ensoñación y al aturdimiento.

El PP también muy bien. Puede que uno de sus grandes superpoderes sea encontrar el punto de contacto, de relación, en fin, la conexión, entre casi cualquier asunto que se esté tratando y la okupación, la delincuencia, los impuestos y/o Pedro Sánchez. Es una aproximación holística a la realidad, un análisis integral de todo, la cocción de un mejunje espeso.

Publicidad

Viendo todo esto lo mismo da la impresión de que cada cual va a su bola, pero yo creo que no. Que lo que ocurre es que cada cual pone el énfasis en lo importante. ¿Y qué es lo importante? Pues lo que diga yo. Que las cosas no son buenas o malas según su esencia, sino según de dónde vienen. Un clásico contemporáneo.

Se ve muy bien también con lo de los presuntos chupadedos de Bernedo. Ya saben, ese caso en el que se mezcla la inacción de las administraciones, la modorra judicial, la desidia policial y el declive generalizado, con un udaleku donde la gente va en pelotas y en las duchas mixtas se mezclan monitores, niños y adolescentes sorprendidos. Hay denuncias por agresión sexual y por distintas formas de abuso que se conocían desde hacía tiempo. Pero no ha habido grandes pronunciamientos políticos, ni airadas condenas de las principales formaciones locales. Da la impresión de que una parte del arco político tradicionalmente más combativo no da mucho crédito a las denuncias. Será porque, al fin y al cabo, es un udaleku de inmersión en euskera, feminista y que cuestiona el binarismo impuesto, no uno de scouts ni de catequistas ni de la Cofradía de la Verdad Revelada de Nuestros Santos Días. Creo.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad