Una pareja circula con su bicicleta por el nuevo carril bici de la Avenida de Francia de Laredo J.G

Laredo renuncia este verano a la OTA, pero elimina 250 aparcamientos en el centro

«Ahora es aún más difícil estacionar», se quejan los vizcaínos con segunda residencia por la retirada de plazas para dejar paso a un nuevo carril-bici

Lunes, 4 de agosto 2025, 00:16

Finalmente no habrá OTA (en algunas zonas de Cantabria le llaman la OLA) este verano en Laredo. Los residentes en la localidad cántabra, los muchos ... vizcaínos que tienen allí segunda residencia y los visitantes ocasionales podrán aparcar sin pasar por caja durante toda la campaña estival. El Consistorio ha renunciado finalmente a activar el sistema regulado que anunció en otoño y que prometió poner en marcha en junio pasado.

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El pleno de noviembre dio luz verde a este proyecto. No sin polémica. La idea, que no gustó a muchos vecinos y partidos políticos, era extender a toda la localidad las restricciones de estacionamiento que en ocasiones han funcionado en la zona centro, en épocas de especial afluencia de veraneantes. Hay que tener en cuenta que Laredo tiene 11.000 habitantes pero esta población se dispara por encima de los 50.000 durante los meses de julio y agosto.

¿Y por qué esta renuncia a poner en marcha la OTA? El Ayuntamiento no habla de este asunto en público. No hay explicaciones oficiales. Se limitan a señalar que se sigue trabajando en la necesaria ordenanza fiscal que fije los precios que tendrán que pagar los diferentes colectivos a los que afecta la medida. Porque aunque la OTA tiene todos los avales jurídicos del Consistorio y técnicamente está aprobada, le falta ese desarrollo normativo en forma de norma fiscal para poder echar a andar. Un trámite que, una vez rubricado, tendrá que ser expuesto al público durante un mes para la presentación de alegaciones. «No va a dar tiempo a hacer todo esto durante este verano», reconocen fuentes municipales fuera de micrófono.

Aunque algunas fuentes barajan otros motivos para el retraso en la implantación del aparcamiento regulado, ya que la intención del equipo de gobierno parecía clara. Incluso, en un primer momento, no descartó poner en marcha el servicio durante la pasada Semana Santa. Lo cierto es que, ahora mismo, Laredo está inmerso en un proceso de transformación importante de su movilidad. En los últimos meses se han construido varios kilómetros de carril-bici. Y falta aún llevar a cabo más obras para mallar toda la localidad con estos caminos para bicicletas. Lo que se ha hecho hasta ahora ha obligado a eliminar 250 aparcamientos, aproximadamente. Sobre todo, en la Avenida de Francia, donde un carril entero de estacionamiento ha sido levantado para dejar paso a las personas que se desplazan a pedales.

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Alivio entre los veraneantes

Las fuentes consultadas sostienen que quizás, en un pueblo tranquilo acostumbrado a la tradición veraniega y el relajo, era demasiado lío juntar en un mismo periodo estival dos cambios tan importantes como la OTA y la construcción de una red de bidegorris. Los vizcaínos consultados respiran por el retraso del aparcamiento regulado pero reconocen que «si antes ya era difícil dejar el coche, ahora hay una competencia voraz». Por ejemplo, en la zona de Carlos V, hay muchos problemas por la falta de plazas derivada de la construcción del carril bici, lamentan.

La implantación de la OTA es ahora mismo una incertidumbre. La legislatura está en su ecuador y hay cierta inestabilidad política. Gobierna el PP, pero en el arco municipal hay siete partidos, que cuentan con entre 2 y 3 concejales cada uno. Una amalgama de siglas que podría deparar sorpresas. El estacionamiento regulado podría ser un motivo de fricción en el futuro.

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La ordenanza de OTA que se aprobó en noviembre prevía tres grupos de usuarios: residentes, no residentes con segunda vivienda y visitantes. El gran problema para muchos vizcaínos con vivienda en la localidad cántabra es que la tarjeta para este colectivo solo se entrega al propietario del inmueble siempre y cuando coincidiera con el titular del vehículo. Hay familias en la que la casa de veraneo la usa una hija o un sobrino y no el dueño. En ese caso, estas personas tendrían que preocuparse de ir echando monedas en lugar de tener un abono fijo.

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