Un lago navegable, piscinas, exposiciones y conciertos en la central de Lemoiz
El Colegio de Arquitectos expone el reconocido proyecto de la bilbaína Carmen Abad, que plasma un espacio público conservando parte de las ruinas
Empezó a construirse en 1972, pero hasta 1996 el recinto estuvo militarizado, cerrado al paso. Ahora, la estructura de la central nuclear de Lemoiz languidece ... en un enclave privilegiado lleno de abandono. Es propiedad del Gobierno vasco desde 2019, que pretende convertirla en una piscifactoría. La arquitecta bilbaína Carmen Abad Ibáñez de Matauco (1961), que veraneaba en Plentzia, presenta un proyecto para darle una nueva vida al espacio como parque público que ha ido perfeccionando a lo largo de los años. Sus maquetas fueron expuestas en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía en 2023, formando parte de la exposición «Vista parcial» y en el Museo Vasco de Arte Contemporáneo - Artium Museoa en 2024, dentro de la muestra «Entresaka» de, Ibon Aramberri. Ahora se podrán ver en la sede bilbaína del Colegio de Arquitectos Vasco Navarro (Alameda Mazarredo 71) hasta el 16 de abril.
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Recuperar la cala de Basordas se antoja imposible medioambientalmente, por las toneladas de hormigón que habría que retirar y eliminar en vertedero, como económicamente. Así que ella plantea convertir 116 hectáreas junto al mar, un lugar único en Bizkaia, en un entorno natural precioso y revertir el impacto de una instalación completamente acabada que, durante décadas permeneció clausurada. Se convertiría en un lugar para pasear, soñar y bañarse y a la vez, lleno de memoria.
Pasear por el reactor
«Se trata de la única central nuclear en la que nunca hubo uranio, lo que supone una oportunidad porque se puede pasear por los edificios de contención, la piscina del reactor... Se pretende devolver a la gente un territorio que fue usurpado haciendo un parque patrimonial, como instrumento de desarrollo sostenible y autosuficiente a nivel energético. Es un enclave situado junto a carretera paisajística que une el Cabo Matxitxako con Armintza, un lugar espectacular», relata. Hay tanto espacio que también podrían implantarse actividades económicas y culturales, como museos, exposiciones o celebrar conciertos, siempre con criterios de sostenibilidad. En 1981 calcularon el precio del desmantelamiento total en 2.500 millones de pesetas. Este importe, actualizadoes el presupuesto que la arquitecta ha considerado para llevar a cabo este proyecto.
Abad plantea, primero, un vaciado selectivo, eliminando el hormigón sobrante. Quedaría así una gigantesca plataforma principal desnuda de 15 hectáreas a ocho metros sobre el nivel del mar con los dos cilindros de hormigón, que pasarían a formar parte del paisaje. Se podría colmar de piscinas al aire libre, pero en ella cabrían muchas más actividades. A 80 metros sobre el nivel del mar quedaría una segunda plataforma de 17 hectáreas, ahora llenas de plumeros de la Pampa, y en el embalse se situaría el tercer espacio, en un entorno privilegiado.
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«El interior de cada uno de los dos edificios de contención, en su mitad superior, tienen la misma proporción que el Panteón de Roma, son espectaculares, podrían albergar exposiciones maravillosas»
Carmen Abad
«El interior de cada uno de los dos edificios de contención, en su mitad superior, tienen la misma proporción que el Panteón de Roma, son espectaculares, podrían albergar exposiciones maravillosas», contempla. El edificio de turbinas, convertido en una isla de mar, se llenaría con la marea, convirtiéndose en una piscina de 150 x 45 metros, y además se podrían acondicionar otras piscinas para que la gente se bañase haciendo aflorar el agua de los ríos, ahora canalizados, descongestionando las playas, y un pequeño establecimiento hostelero. Se habilitaría también un mirador y acceso a la playa, con una espectacular rasa mareal. Pero aquí no acaba todo. Debajo de la plataforma de 15 hectáreas hay cuatro plantas subterráneas y un laberinto lleno de juegos de luz.
Primero habría que reforestar, con fondos de recuperación de la naturaleza, introducir fauna autóctona, volver a unir la trama de caminos peatonales que desaparecieron, habilitar accesos, aparcamientos y paradas de autobús, un embarcadero en el lago... «Se restauraría un bastión natural, un espacio histórico, porque ahora estamos en la lucha de la recuperación medioambiental, de regenerar el suelo, de mejorar el espacio público», relata. La exposición 'Proyecto de Conversión de la Central Nuclear de Lemoiz y los terrenos afectados en un espacio público' se inauguró el jueves 13 a las 18.30 horas y abrirá hasta el 16 de abril de 9 a 14 horas. Se completará con una relación de planos, maquetas y vídeos. Y habrá una mesa redonda que estará moderada por la arquitecta que contará con la participación de Daniel Calatayud, especializado en metabolismo urbano y sostenibilidad, y Joseba Zulaika, antropólogo y escritor, exdirector del Center for Basque Studies de la Universidad de Nevada, Reno (EE. UU.) el 10 de abril a las 18.30 horas.
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