Tres jóvenes se protegen del frío en el campamento de Idomeni.

«¡No queremos comida ni cama, queremos que abran la frontera!»

Grecia intenta sin éxito llevar a los inmigrantes que malviven en el puerto de El Pireo a los campamentos para no perder turistas

darío menor

Miércoles, 6 de abril 2016, 22:54

Grecia necesita el turismo como el comer. Con una economía destrozada tras siete años de recesión, el dinero que se dejan los extranjeros que eligen ... sus playas, islas y ciudades monumentales para pasar las vacaciones supone una fuente irrenunciable de recursos. En 2015 este sector aportó el 18,5% al PIB heleno, una cifra que podría verse reducida este año debido al impacto de la crisis de la inmigración. El miedo a que los turistas dejen de viajar a Grecia para no toparse de frente con este drama es uno de los motivos que llevan al Gobierno de Alexis Tsipras a trasladar a campamentos en el interior del país a los miles de refugiados bloqueados en su territorio tras el cierre de la ruta balcánica.

Publicidad

Para el Ejecutivo, es una prioridad que las alrededor de 4.700 personas que malviven desde hace semanas en tiendas de campaña y en varios edificios del puerto de El Pireo, uno de los enlaces claves en el turismo griego, abandonen cuanto antes el lugar. Los funcionarios helenos tratan cada mañana de convencerles para que se trasladen a varios campamentos instalados en las afueras de Atenas, pero con escaso éxito. Los refugiados se resisten a creer que las fronteras no volverán a estar abiertas para ellos y temen no poder continuar su viaje si son reubicados en estos centros de acogida.

Ayer la tensión estalló en el puerto de El Pireo ante los intentos de las autoridades para trasladar a los inmigrantes y refugiados. Hartos de su situación, varias decenas de personas se enfrentaron con los policías. En un gesto desesperado, uno de los refugiados zarandeó a un bebé de pocos meses por los aires y amenazó con tirárselo a los agentes. También hubo una sentada para impedir el paso de los autobuses destinados a trasladar a los inmigrantes.

Condiciones «deplorables»

Aunque los funcionarios griegos insisten en que el puerto no es lugar para acogerles y aseguran que en los campamentos estarán mejor, sus argumentos sirven de poco. «No queremos comida, casas ni camas. Lo que queremos es que se abran las fronteras», comentó ante las cámaras de televisión un refugiado. Como la inmensa mayoría, esperaba continuar su éxodo hacia Alemania o algún otro país rico europeo. Ante el cierre de la ruta de los Balcanes, las autoridades helenas temen que las mafias abran nuevas vías hacia Europa central a través de Albania o de la isla occidental de Corfú, aunque se trata de un recorrido complicado y en el que se toparían con un gran despliegue policial.

Publicidad

También se registraron protestas en Idomeni, junto a la frontera con Macedonia, donde más de 11.300 personas han quedado atrapadas en un campamento tras el cierre de las fronteras. La situación es igualmente desesperada en el campo de acogida de Moria, en la isla de Lesbos, preparado en un inicio para alojar a pocos cientos de personas pero donde malviven 3.300 refugiados e inmigrantes desde hace más de un semana. Más de 1.000 de ellos son niños. Save the Children mostró su preocupación por las «deplorables condiciones» del centro donde se encuentran.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad