«Está en juego cómo vamos a pasar los últimos 5 o 10 años de nuestra vida»

Guillaume Lefebvre es uno de los emprendedores sociales que ha participado en la cumbre sobre nueva longevidad que se concluyó ayer en Bilbao, organizada por la BBK y Ashoka. Formado en el mundo de la empresa y tras trabajar en bolsa para compañías francesas, primero, y después para canadienses quiso dar un cambio a su vida y buscar nuevos retos. Fue entonces cuando conoció el proyecto Siel Bleu y se sumó a él. Su objetivo es mejorar la calidad de vida de las personas a través del ejercicio físico. Lefebvre es el responsable de esta iniciativa en España.

- ¿En qué consiste el proyecto de Siel Bleu?

- Se trata de mejorar la calidad de vida de las personas más frágiles con programas de ejercicio físico, que es una herramienta mágica cuando se estructura y adapta. Vemos el ejercicio físico desde un enfoque preventivo, que no solo beneficia a nivel individual en términos de calidad de vida, capacidad física y salud emocional, también reduce los gastos sanitarios. Es un reto que beneficia al conjunto de la sociedad, no solo a nivel personal de los que lo practican, sino también a sus familias, a las personas que les rodean.

- ¿Qué resultados han obtenido?

- En España hemos desarrollado un ensayo clínico en el que ha participado Euskadi sobre la eficacia de un programa de ejercicio físico en la reducción de caídas en residencias. Este es un problema muy significativo, ya que representa la tercera causa de mortalidad en los geriátricos. Y hemos demostrado que con una sola clase de ejercicio físico a la semana, una sola hora, las caídas se reducen un 37%. Una persona mayor en una residencia se cae un promedio de dos veces al año. Con este programa reducimos esas cifras casi a la mitad . Esto supone un ahorro en gasto sanitario por prevención de fracturas del fémur, de cadera... Hemos medido que en España, de extenderse el programa, podría conseguir un ahorro de 300 millones.

- ¿Qué tipos de ejercicio son?

- Lo más importante es que sean entretenidos y que la gente venga también para encontrarse con otros participantes. Que sirvan para socializar, aumentar su nivel de autoestima, crear espíritu de equipo y, gracias a las clases, lograr además ese objetivo preventivo. La regla de oro es que lo pasen bien, disfruten y, de esa manera, lo conviertan en un hábito.

- ¿A partir de qué edad es aconsejable practicar este tipo de ejercicios para tener un envejecimiento saludable?

- Desde niños. Desde que tenemos la posibilidad de tomar las riendas de su propia salud. Por eso también trabajamos en escuelas. En ellas enfocamos la educación física hacia cómo cuidar el cuerpo para poder disfrutar de nuestras habilidades el mayor tiempo posible.

- ¿Hay conciencia de la importancia del ejercicio como herramienta para tener una vejez saludable?

- Se tiene que reforzar ese concepto y dejar a un lado la visión única del deporte como herramienta para el rendimiento físico o una mejor apariencia. El objetivo es lograr el mayor número de años con buena salud. Lo que está realmente en juego es cómo vamos a pasar cada uno los cinco o diez últimos años de nuestra vida. Hay dos opciones: una es viendo y cuidando a los nietos, saliendo con los amigos y disfrutando de la vida; la otra es en una situación de dependencia y fragilidad. Eso último es lo que queremos evitar.

- ¿Cómo trabajan?

- Hemos desarrollado nuestras actividades en tres diferentes ámbitos. La idea es proponer un programa de prevención para cada etapa de la vida. El primer ámbito es acercar el ejercicio a las personas que viven en su comunidad. Para ello trabajamos con muchos ayuntamientos. Con ellos definimos programas y aprovechamos muchos recursos que ya existen: las rutas saludables, de los itinerarios saludables, hacer caminatas... Con los consistorios también trabajamos en la organización de clases grupales para acercar el ejercicio a las personas.

- ¿Cuál es el segundo ámbito?

- El sanitario. Trabajamos con hospitales para cuidar a los pacientes. Puede ser una tarea para completar la labor de los rehabilitadores o en investigación. Con el hospital de Bellvitge estamos participando en un estudio sobre los beneficios del ejercicio físico en la recuperación de los pacientes con covid persistente. El tercer ámbito es el de las residencias al que me he referido antes con cifras que no mienten. Los datos demuestran que hay que apostar por la prevención, en este caso con ejercicio físico, para reducir el gasto sanitario y dar mayor capacidad funcional y bienestar a los mayores de las residencias.

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