Preysler piropea al Nobel: «Está hecho un chaval»

Si Marilyn Monroe siguiese viva probablemente le hubiera susurrado ayer el Happy Birthday a Mario Vargas Llosa por su 80 cumpleaños. Fue lo único que le faltó ayer al Nobel, al que su entidad, la Fundación Internacional para la Libertad le preparó una exclusiva fiesta con 400 invitados en el Hotel Villa Magna, cuya suite ronda los 1.350 euros. En la lista de convidados se encontrarían desde miembros de la realeza, como don Juan Carlos, hasta los más altos mandatarios políticos: José María Aznar y Felipe González y los expresidentes colombianos Andrés Pastrana y Álvaro Uribe, además de los ex jefes de Estado de Chile y Uruguay, Sebastián Piñera y Luis Alberto Lacalle.

Horas antes, el escritor le confesó a Carlos Herrera en la radio que él no había organizado «nada»: «Solo sé lo que ha salido en la prensa. Quien va a la cena lo descubriré esta noche». Tiempo tuvo. Ya que durante más de una hora recibió a los comensales con un besamanos, al que le acompañó Isabel Preysler. El secretismo del evento fue tal, que la dirección del hotel, no informó ni a sus propios empleados de los detalles del evento para evitar filtraciones.

La que sí gritó a los cuatros vientos su amor por Vargas Llosa fue la Reina de Corazones que se puso al teléfono con Herrera para felicitarlo. «Está hecho un chaval. Está más joven que yo», se atrevió a decir. Para el peruano el secreto de su juventud es haber «tenido una vida bastante moderada, tranquila y sin muchos excesos». Algo que a, a juzgar por los saraos en los que participa, a los 80 parece estar dispuesto a cambiar.