«Sé lo que es estar en paro y que te falte para comer»
5.500 voluntarios viven inmersos estos días en la Gran Recogida del Banco de Alimentos de Bizkaia
Javier Garaizar, empleado de banca jubilado, y Marian Guezuraga, administrativa en paro, llegaron puntuales esta mañana a su cita con la solidaridad y este sábado seguirán a pie de supermercado, en el Eroski de la calle Ercilla, animando a los clientes a donar y ordenando en cajas de cartón con capacidad para 30 kilos las docenas de productos que van recibiendo. Ambos son voluntarios experimentados con varias recogidas de alimentos a sus espaldas y a estas alturas tienen sus trucos para animar al personal. «A cada rato me hago fuerte en el sistema de megafonía del centro comercial y recuerdo que el Banco de Alimentos nos necesita». Javier enseña el texto que lee, con un par de tachones.
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«El año pasado llenamos en dos días seis cajas y recabamos 8.000 euros al pasar por caja. El dinero cunde más porque hay muchos productos que los acabamos perdiendo al transportarlos», observa. Por su parte, a Marian, situada a la entrada del centro comercial, la tarea le resulta igualmente gratificante a tenor de la permanente sonrisa con que atiende a la clientela que se ha acercado a hacer la compra del fin de semana. «Sé lo que es estar en paro y que te falte», comenta. «Siento que aporto mi granito», señala mientras ofrece una bolsa vacía a cuantos cruzan la entrada. Y no se le escapa uno.
Javier y Marian son dos de los 5.500 voluntarios que este viernes se desplegaron a lo largo y ancho del territorio para colaborar con la Gran Recogida del Banco de Alimentos de Bizkaia. La cita es ya de las de marcar en rojo en el calendario porque tiene lugar cada primer fin de semana de diciembre desde hace seis años. La experiencia es un grado y se ha visto que muchos de los 28.000 vizcaínos a los que llegarán los productos a través de diferentes colectivos -quién no ha visto las enormes colas que se forman en algunas calles a la espera de una bolsa de comida- no pueden hacer frente a la factura energética. Encender el fuego de la cocina es un lujo que no pueden permitirse. Así que en esta ocasión, el Banco ha sugerido a cuantos estén dispuestos a volcarse con los más necesitados que, aparte de los productos no perecederos y de aquellos de alta densidad nutricional -que son los que habitualmente se sugiere elegir a la hora de donar-, se opte por los que puedan ser consumidos sin una elaboración previa. Unos garbanzos cocidos, por ejemplo.
«Me ayudasteis un día»
«No es tan necesario que una persona compre mucho como que vengan muchos y compren cada uno un poco», propone Álex Mumbrú, entrenador del RETAbet Bilbao Basket. Él es la 'cara amable' que este año ha elegido el Banco de Alimentos para llamar la atención sobre la campaña. Con la altura que tiene, no ha pasado desapercibido en los pasillos del supermercado de El Corte Inglés, centro al que acudió en compañía de Rafa Pueyo, el director deportivo del equipo, y de Jorge Elorduy, el segundo entrenador. Como buenos deportistas llenaron el carrito de kilos de macarrones. Tere Muñoz, una amatxu voluntaria que está de vacaciones, e Iñaki Badiola, jubilado y voluntario veterano, se las apañaron para empacar todo en un pipás. En el BM de General Concha, otro de los 300 supermercados vizcaínos adheridos a la iniciativa, los voluntarios hacen piña. «Venimos siempre el mismo grupo», advierte Miguel Castillo. Están Blanca Santamaría y su marido y Olatz Príncipe con sus padres. A Miguel no se le olvida la cara de «un hombre senegalés que me entregó dos paquetes de arroz. A mí me ayudasteis un día, ahora puedo devolver esa ayuda», le dijo.
Ficha
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300 supermercados de Bizkaia están adheridos a la iniciativa. Si no es comprando, se puede donar dinero al pasar por caja.
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Álex Mumbrú: «No es tan necesario que una persona compre mucho, como que muchos donen un poco cada uno»
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