

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Si hubiera que describir en una sola palabra el sentir de las familias del colegio Jesús María tras conocer que el centro se fusionará con Jesuitinas el próximo curso esa sería incertidumbre. La noticia ha caído como un jarro de agua fría. «Desprevenidas», coincidían algunas ... de las madres que ayer acercaron a sus hijos a clase. La principal razón de esta unión, la primera que se produce entre dos centros concertados en Bizkaia, es la falta de alumnado. Cada vez nacen menos niños y los colegios son los primeros en darse cuenta de ello.
Noticia relacionada
Iñigo Fernández de Lucio
Aunque las conversaciones entre la Fundación Educativa Jesuitinas y la de Bidaide, gestores de los dos centros bilbaínos de titularidad privada, comenzaron en el mes de noviembre, no fue hasta este jueves –a cuatro días del inicio de la matriculación–, cuando se comunicó la decisión final a los familiares. Un giro de guion que ha generado sentimientos encontrados. Mientras que en Jesuitinas no disimularon su alegría por «acoger nuevos niños» y evitar así un posible cierre, en el Jesús María el cambio no sentó «nada bien». Son los 650 alumnos que acoge este segundo colegio los que tendrán que mudarse a las instalaciones de Jesuitinas para dar paso al nuevo centro educativo, bautizado como Zabalbide. El proyecto, que nace como «respuesta constructiva a la realidad demográfica de Bilbao», según explicaron ambos centros en un comunicado conjunto difundido desde la patronal Kristau Eskola, absorberá de esta manera los 1.330 estudiantes que concentran ambas escuelas.
La crítica más repetida por parte de las familias del Jesús María es que el colegio les ha informado del cierre «sin margen de maniobra». El plazo de matriculación acaba el 14 de febrero y el tiempo para inscribir a los chavales en otras escuelas aprieta. «Nos ha sentado fatal. Muy mal. No nos han dado información concreta ni espacio para mirar otros 'coles'», comentaba Jésica Silva a EL CORREO. Su discurso fue apoyado también por Paola Fernández, madre de una niña de 10 años. «Vamos muy justos. Mañana –por hoy– es el único día que tenemos para ver las instalaciones de Jesuitinas. Convocaron una reunión la semana pasada, pero la cancelaron. Nos tienen atados de pies y manos», se dolía.
La baja natalidad no da tregua. Según datos de Eustat, en 2023 hubo 6.671 alumbramientos en Bizkaia, un 31% menos que hace una década. Y el escenario no parece que vaya a cambiar demasiado en el futuro, lo que podría llevar a la fusión de más colegios. A pesar de ser conscientes de ello, varios progenitores calificaron la forma de transmitir la unión como «una encerrona». «Se oían rumores, pero siempre se nos negó la clausura del centro. Nos tendremos que quedar por no tener más opciones», sostenía una de las afectadas. Incluso en Jesuitinas se han «sorprendido» de la apresurada decisión. «Hay que buscar alternativas para que el número de alumnos vaya a más y no a menos», decía Edu, uno de los padres de Jesuitinas que apenas sufrirá alteraciones. La propia directora de ese centro, Idoia Larrayoz, aseguró que aunque la caída de la natalidad «es inevitable, hay que poner el foco en que se van a juntar dos buenos proyectos para crear otro mejor».
En una nota enviada el jueves, ambos centros comentaban que la fusión permite «crear un nuevo proyecto educativo, sostenible y con proyección de futuro». Pero aún quedan temas por concretar. Las familias del colegio Jesús María denuncian que «en ningún momento se nos han concretado las condiciones de lo que será Zabalbide». Desconocen «si se mantendrán todas las rutas de transporte escolar o si el comedor tendrá cocina in situ o 'catering'». «Nosotros venimos desde Castro y nadie nos ha garantizado el autobús», critica Silva. Tampoco saben con exactitud «cuáles serán los horarios».
Mientras tanto, familias de Jesuitinas confirmaban ayer a EL CORREO tener claro cómo se desarrollará el proyecto. En palabras de Marta González, una de las madres, los menores contarán con «jornada continúa (de 8.30 a 16 horas)» y «nuevos uniformes». «Lo más importante es que a nosotros no nos mueven, que era nuestro miedo», añadía. «Sabíamos que iban a fusionarse colegios. Entiendo que se trata de una medida lógica y no me parece extraño. Nos faltan detalles, pero sabemos que hay un plan», subrayaba David Ereño.
La mayor preocupación de los progenitores de ambos centros es cómo sus hijos se adaptarán en septiembre al funcionamiento de Zabalbide.Aunque en esta cuestión también hay opiniones contrarias. Si en Jesús María se quejaban porque muchos niños «se han pasado la tarde llorando por miedo a perder amigos», las familias de Jesuitinas piensan que la unión es «buena» para que los menores conozcan «nuevas caras». «Es lo mejor que nos podía haber pasado», coincidían varios padres. A falta de detalles, lo que sí confirmó la patronal es que el nuevo centro mantendrá el proyecto trilingüe que predomina en ambos colegios y que apostará por el «fomento del pensamiento crítico» y «el apoyo de la cultura y lengua vasca en un entorno moderno, amplio y cerca de la naturaleza».
Si bien en la escuela concertada no se habían producido fusiones, en la red pública sí se han anunciado de forma reciente uniones en Portugalete y Txurdinaga.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.