ELA toma las riendas de la huelga de Bilbobus

A pesar de que siguen manteniendo la mayoría sindical, puntualizan que han tomado la decisión de «dar un paso a un lado, nunca atrás» para «seguir la lucha» desde otra posición. «Los trabajadores son los que tienen la última palabra y si se ha decidido seguir con la huelga, seguiremos», apunta Fernández. En su lugar, será ELA quien tome a partir de ahora las riendas de la negociación.

El acuerdo alcanzado con la concesionaria esta misma semana contemplaba importantes subidas salariales, aunque en menor medida que el IPC. Y aunque la mayoría de los sindicatos (UGT, CC OO, USO) llamaron a sus afiliados a emitir el voto favorable, finalmente no fue así. ELA consiguió imponer su postura al considerar que el acuerdo «era insuficiente porque no garantiza el poder adquisitivo». Aunque por poco. La votación estuvo muy ajustada: 249 votos a favor y 287 en contra. La diferencia fue de tan solo 38 votos. La negativa al preacuerdo ha tenido una clara consecuencia: que los paros que se llevan produciendo cinco semanas se mantengan y que las movilizaciones casi diarias prosigan. De hecho, este mismo viernes los trabajadores han vuelto a salir a la calle a protestar.

La gran pregunta ahora es: ¿Cómo desatascar el conflicto? ELA reconoce que sus reivindicaciones no han cambiado y que no renunciarán al mantenimiento de la referencia del IPC en el acuerdo. Es su línea roja. «Defendíamos que no había que dar por bueno el preacuerdo y que debíamos seguir peleando por ello. Tendremos que ver ahora con la empresa hasta dónde pueden llegar», reconoce Uxue Mingo, delegada de ELA.

Aunque los sindicatos aseguran que siguen yendo «todos a una», no niegan que el escenario es «incierto». De hecho, Ángel Jáuregui, nuevo presidente del comité, reconoce estar en un momento de «incertidumbre». «El balón está en el tejado del Ayuntamiento y de la empresa adjudicataria. Estamos abiertos a que nos llamen, pero sí creemos que pueden darnos lo que pedimos», añade. Aunque confirman que «en los próximos días enviaremos una nueva propuesta», todo apunta a que el conflicto irá para largo y que los paros indefinidos continuarán. Sobre todo porque los márgenes salariales que se rechazaron eran los máximos que la empresa y el Consistorio podían asumir. Incluso el propio expresidente del comité ha confirmado que el 'no' al preacuerdo obliga a empezar «casi de cero» la negociación. «Hablar ahora de un pacto es prematuro», ha sentenciado.

Por consiguiente, después de un año de movilizaciones y más de un mes de huelga, «la lucha seguirá». «Esta mañana muchos trabajadores seguían en términos de pelea y aunque algunos apostaran por aceptar el preacuerdo, de momento nadie se ha bajado del carro», apuntaban desde ELA. Mientras tanto, el Ayuntamiento, que ha evitado hacer declaraciones frente a lo sucedido, está en pleno proceso de rescindir el contrato actual que vincula al Consistorio con Biobide. Ya que sólo así se podrá activar un contrato transitorio que permitiría realizar ligeras subidas salariales a los trabajadores, algo que ahora es imposible.

El acuerdo que ayer rechazaron los trabajadores contemplaba subidas salariales del 4% tanto en 2022 como en 2023, mientras la del presente ejercicio se reducía alrededor del 2,5%. A partir de entonces, durante los siguientes tres años, estaba previsto que el salario variara en la misma medida que lo hiciera el del funcionariado. Hasta que no se adjudique un nuevo contrato con otra empresa no habrá vía libre para aumentar los sueldos.